—Ay Mateo, creía que eras más inteligente…
—¿Por qué dices eso?
—¿Cómo se te ocurre tocar a Zaideth? ¿De verdad quieres morir tan tontamente?
—Carl, fue un simple beso, no hagas tanto drama.
—El beso es inocente, pero su novio no lo es.
—No sabía que tenía novio. Y si lo tiene tampoco le tengo miedo: me interesa ella, no su novio.
—Te lo advierto porque eres mi amigo y no me gustaría verte tres metros bajo tierra. Aléjate de Zaideth. De por sí ya ella es un problema, te terminará dando una buena lección como te le acerques y si su novio se entera o alguno de la familia de ese hombre, es que…
—Gracias por tus consejos, Carl, pero yo no quiero nada serio con esa chica y mucho menos soy un cobarde.