CAPÍTULO 55. UNA SABANDIJA
Contuvo el aire sin saber qué responder, pues Mason, le había pedido tiempo para poder asistir a la casa con su padres y dar la cara, por lo pronto era un secreto entre ambos, deseaba que lo guardara, y disfrutaran de su amor.
—No, no es eso —contestó—, me molesté con una de mis amigas y no he podido solucionarlo, pero ya lo haré —respondió. — ¿Quieren helado? —cambió el tema para que no la siguieran interrogando.
—Yo si quiero —María alzó su mano y sonrió ampliamente.
—Acompáñame —indicó caminando con ella a la cocina.
Isabella y Guillermo la miraron con extrañeza, ella no se comportaba así.
— ¿Le creíste? —preguntó él.
—Ni una palabra —contestó Isa.
— ¿Crees que sea necesario que la mande investigar? —dijo mirando hacia la cocina.
Isabella frunció la frente.
— ¿Es una broma? —lo miró atenta.
Se quedó en silencio unos segundos.
—No, ¿crees que bromearía con algo así? —habló con seriedad.
—Lo que no me imagino es que investigues a tu hermana, que no es una adolescente, es una chica