- ... Tay ... Taylor ... vuelve ahora- se escuchó la voz de Alis, convenciéndolo desde el capullo de la oscuridad que lo envolvía en su calidez y comodidad-. La hora de la siesta ha terminado.
- ¿Hmm?- preguntó, sacudiendo la cabeza y frotándose los ojos.
Su piel era más gruesa y áspera, su mano más grande. Su espalda era más rígida y también se sentía más pesada. ¿Con qué tipo de veneno le habían golpeado?
Y sin embargo se sentía seguro.
Confundido, abrió los ojos y casi se cayó del sofá ... cálido, suave ...
- Oye, dormilón- escuchó su murmullo y luego sintió los dedos de Alis barriendo su flequillo de su cara antes de acurrucarse detrás de su oreja-Necesito ir a darle de comer. ¿Podría levantarme, po