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~ El punto de vista de Isabella
Observé cómo Madam Marrisa salía de la habitación tras decirme que descansara. Asentí y le di las gracias, aunque no estaba exhausta. La cama era suave y cálida, las sábanas olían a lavanda, pero el sueño se resistía. Di vueltas en la cama, intentando aquietar mi mente, pero mis pensamientos volvían a Kate. No pude evitar preguntarme cómo estaría. ¿Estaría bien? ¿Le habría curado la herida el médico?
Decidí que necesitaba ir a verla yo mismo. Quedarme aquí en la cama, preocupado, no nos ayudaría a ninguno. Pero entonces me di cuenta: ¿dónde estaba exactamente la clínica del palacio? No tenía ni idea. ¿Y a quién podía preguntar?
Pero quedarme sentada tampoco era una opción. Respiré hondo, me quité las mantas y me puse de pie. «Ya lo averiguaré yo sola», murmuré. ¿Qué tan difícil podía ser? El palacio era grande, sí, pero no era imposible moverse, ¿verdad?
Salí al pasillo y cerré la puerta silenciosamente. El amplio y ornamentado pasillo se extendía an