—Vamos a que descanses hija, se nota que no has dormido nada.
Asiento con la cabeza y nos damos media vuelta, pero nuestro andar se ve interrumpido por alguien, todas volteamos a ver en dirección a la voz; realmente no conozco a la persona, pero parece ser que quiere hablar con mi suegra. Ella se disculpa y se retira, nosotras seguimos nuestro andar, pero mi madre se detiene, parece ser que se le está olvidando algo y nos pide que la esperemos.
Estamos algo lejos del cementerio, pero todavía puedo ver a las personas desde mi posición, de momentos miro de reojo a mi prima, que tiene la mirada puesta en el horizonte, parece que algo le preocupa. Me giro hacia ella, tomo un poco de aire y decidida a romper el silencio digo su nombre, haciendo que ella me voltee a ver, pero la voz de Rica nos interrumpe.
—Donna, lamento mucho tu perdida— Su voz es irritante y sus disculpas son más falsas que las plantas que tiene en su casa.
—Gracias Rica...
—Pero era de esperar que algo como esto pase— I