¡Ye Wenming era indudablemente atractivo para las mujeres!

Zhuo Qianyun pensó por un momento que quería un sorbo de la botella de agua mineral de la que estaba bebiendo Ye Wenming. Para decirlo de manera agradable, era un beso indirecto.

Ahora que lo pensaba, ella era terriblemente ingenua.

Ella respiró hondo y dijo: "Ye Wenming, creo que ambos sabemos muy bien que no tienes derecho a retenerme aquí. Ahora soy una mujer libre".

"¿Libre?". Él se rio entre dientes. "Entonces, ¿cuánto crees que me costaría evitar que seas libre?".

¡Eso sonaba casi como una amenaza!

Su corazón se hundió, sabiendo que él le estaba diciendo que era completamente capaz de controlar su libertad ¡y que incluso podría encontrar otra razón para enviarla a prisión de nuevo si quería!

Pensando en su tiempo en prisión, el cuerpo de Zhuo Qianyun no podía evitar temblar ligeramente. Su rostro también se volvió más y más pálido mientras sus labios rojos estaban apretados con fuerza. Sus manos en las rodillas est