"Olvídalo, Jin. La Abuela acaba de fallecer, así que no quiero molestarla", dijo Ling Yiran.

‘¡Después de todo, la Tía Tercera es la hija de la Abuela!’.

No importa cuán enojada estaba con la Tía Tercera, no quería molestar a su abuela en ese momento.

Esperaba poder al menos dejar que la Abuela se fuera en paz.

"Claro", respondió suavemente Yi Jinli y soltó la mano de la Tía Tercera.

La Tía Tercera tropezó y retrocedió unos pasos antes de recuperar el equilibrio.

Con el rostro pálido, la Tía Tercera se agarró la muñeca que aún le dolía y miró a Ling Yiran. Sin embargo, no se atrevió a avanzar como antes.

"P*ta, cuando Lifang venga, tú...".

Antes de que pudiera terminar, otra voz dijo inmediatamente: "¿Qué necesitas, Mamá?".

Ling Yiran miró hacia arriba para ver a su prima, Hua Lifang, entrando.

Hua Lifang llevaba la última colección de Chanel y su bolso también era un bolso clásico de Chanel. Llevaba un maquillaje delicado y su cabello no estaba atado casualmente como antes.