Qin Lianyi dijo: "¿Qué pasa? ¿Vas a seguir haciendo el ridículo? Puedo decirte con certeza que nunca le dije al director que te despidiera, y tampoco hice nada para que otros no te contrataran. ¡No soy tan poderosa así!".

Zhao Ruyou gritó: "¡No eres poderosa, pero Bai Tingxin sí lo es! ¡Fuiste tú! ¡Tú le pediste a Bai Tingxin que me hiciera esto!".

La expresión de Qin Lianyi se hundió mientras miraba a Zhao Ruyou y resopló. "Si realmente tuviera ese poder, ¿entonces cómo crees que me voy a desquitar contigo por la bofetada que me diste y lo que acabas de decirme? Ya que Bai Tingxin me ayudará a hacer lo que quiera, será muy fácil asegurarme de que ya no puedas quedarte en la Ciudad de Shen".

Tan pronto dijo esto, el rostro de Zhao Ruyou se puso pálido de miedo.

Qin Lianyi se volvió hacia Bai Yulai y dijo: "Yulai, suéltala".

Solo entonces Bai Yulai soltó el brazo de Zhao Ruyou.

Zhao Ruyou ya no estaba tan agresiva como antes, e incluso se puso un poco nerviosa.

Qin Lianyi también