Bianca se mordió el labio, sorprendida al darse cuenta de que su hermano Leonel se había convertido en un romántico empedernido.

Pero en realidad, ¿qué tenía de malo? Encontrar algo tan especial también era una forma de felicidad.

—Solo espero que esto no sea una etapa pasajera. Sabes lo popular que es Reese ahora mismo. Salir con ella significa mantenerlo en secreto, al menos por ahora. Es cuestión de proteger su carrera. ¿Has pensado en eso? —preguntó Bianca con suavidad.

Quería que Leonel estuviera seguro de sus sentimientos, así que insistió:

—Eres libre de elegir tu propio camino, y no te voy a detener. Pero dime, ¿estás seguro de que tus sentimientos no cambiarán? ¿De verdad ves a Reese contigo para toda la vida?

Se detuvo, eligiendo bien sus palabras.

—Leonel, tienes que enfrentar lo que sientes con honestidad. No quiero que Reese salga lastimada, y tampoco quiero verte destrozado a ti.

Leonel guardó silencio, dejando que las palabras de su hermana calaran hondo. Inspiró profun