Después de que Stacey finalmente se fue, Peter se quedó solo en la casa.

No podía dejar de pensar en su conversación con Madison la noche anterior.

—Peter, sé que tu empresa está pasando por una crisis financiera. Si no encuentras un nuevo inversor pronto, podría quebrar.

—Si ya sabes el problema, ¿puedes ayudarme por los viejos tiempos?

—Puedo ayudarte, pero no será gratis. Tendrás que hacerme un favor a cambio.

—¡Dímelo! Si está en mis manos, te ayudaré de inmediato.

Peter estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para salvar su empresa.

Pero no esperaba que Madison le pidiera encontrar la caja de pastillas para adelgazar que Ashley había cambiado y escondido.

Peter no era muy hábil con internet, así que apenas sabía lo que había pasado últimamente. Cuando Madison le explicó todo, su rostro se volvió serio.

Resultó que su hijastra había tendido una trampa a su hija biológica.

—Peter Scott, si de verdad eres un hombre, deberías tener conciencia y un poco de decencia. ¡Ayuda a B