C98- ¿NO QUIERES SABER?
Cassio gruñó con rabia contenida mientras revisaba los documentos que el investigador privado le había enviado por correo.
―Hija de puta... ―murmuró, apretando los papeles con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
Esta vez no iba a dejarlo pasar. Sabrina tenía que enfrentarse a la verdad, y él iba a ser quien la obligara.
Fue a su habitación y pateó la puerta con fuerza, haciéndola abrirse de golpe. Sabrina, que estaba de espaldas, se giró sobresaltada, dejando caer el vaso de agua que tenía en la mano.
—¡Cass! ¿Qué... qué haces? —balbuceó, con los ojos abiertos como platos.
—Eres una maldita serpiente. Una perra intrigante. ¿Creíste que no lo descubriría? ¿Que no me daría cuenta de quién eres en realidad? —espetó, avanzando hacia ella con una mirada oscura y peligrosa.
Sabrina retrocedió un paso, temblando.
—No sé de qué estás hablando, yo...
Cassio no la dejó terminar, porque le lanzó los archivos a la cara. Los papeles volaron y cayeron al suelo