Carol se encargó de llevar a Thasha, así que Sarah estaba desocupada, se disponía a marcharse a su casa, anhelaba una ducha caliente y una buena taza de té. Necesitaba relajarse un poco, su vida se estaba volviendo en pura tensión, peleas y estrés, sentía que todo aquello comenzaba a pasarle factura, no estaba bien emocionalmente. Se sentía tan deprimida como nunca lo había estado en la vida.
Se mantenía en pie única y exclusivamente por su hija, por ella seguía levantándose cada mañana, pero de a poco de BA quedando sin ánimos, sin fuerzas.
Su teléfono celular comenzó a timbrar, Sarah se sobresaltó, lo tomó y miró la pantalla. . . era Thom. . .su corazón se aceleró con fuerza, golpeando violentamente contra su pecho.
-¡Hola Thom!- lo saludo con el pulso acelerado, cómo siempre le pasaba cuando hablaba con él.
-¿Cómo estás, Sarah?- le preguntó con cariño.
-Bien. . .