Capítulo 5

‹‹Yes, my lord››—es lo que escucho decir al mayordomo de la casa Phantomhive, estoy  fascinada con este anime de fantasía oscura Kuroshitsuji o Black Butler.

Aunque he tenido pesadillas con que él, se lleva mi alma en vez de la de Ciel Phantomhive.

Estoy tan fascinada, que no me doy cuenta que me he acabado una bolsa de palomitas completa llena de mantequilla y para ser sincera, había olvidado lo bueno que se siente comer sin preocupaciones y tener así de llena la barriga.

04 Julio 2019

Querido Sebastián, quiero seguir con mi charla porque estoy de muy buen humor después de ver el final de Kuroshitsuji y de quedarme con la curiosidad de como Sebastián que irónicamente así se llama el mayordomo del infierno, se lleva el alma del chico que con todo gusto la cedió.

Aunque necesito ver las posibles 6 ovas que según leí están por ahí y aun no las he buscado. Y las dos temporadas que descubrí que existen, luego te cuento que tal están.

Después de que mi jefe se fuese de viaje el viernes por la tarde del día 11de enero, los “machos” nos fuimos a tomar y entretenernos.

Con mucho más cuidado que el viernes anterior, todos nos divertimos en los bolos.

No sabía que podía jugar eso tan complicado, al menos después de diez intentos, logré al menos derribar la mitad de esos pinos del infierno.

La sorpresa que me esperaba en ese lugar fue muy grande.

—¿Cómo vas con tu pretendiente?—preguntó el señor Samuel, cuando me senté a su lado después de derribar algunos pinos, ninguna chuza hasta el momento.

Tomo mi lata de cerveza y niego, no quiero ir por donde sea que vaya esta conversación, sus palabras son muy directas, lo sé por qué lo conozco desde que llegó a Fontaine, su reputación es muy grande desde que estaba en la sucursal donde fue enviada Valeria.

—Solo diré que no es mi pretendiente, solo nos llevamos bien, nada más—vuelvo a sorber de mi cerveza.

—Y eso ¿él lo sabe?

—Por supuesto, es de esos hombres que no están a mi alcance.

—¿Y qué tipo de hombres son esos?—me mira con curiosidad.

—Por favor señor Samuel, solo míreme y lo sabrá.

Entrecerró los ojos y se acercó a mi—Benson, ¿quieres saber lo que yo veo? —Niego porque no quiero salir masacrada—¿Por qué no?

—¿Sammy?—Esa voz que escuché de inmediato la reconocí—¡ey! Hola que sorpresa encontrarte aquí.

—¿Brendan? Oye ¿me estas siguiendo?

Ríe—¡Me descubriste! ¡Rayos!

Después de aclararse la garganta para que mi nave espacial aterrizara, el señor Samuel se levantó para presentarse—Samuel Murphy un gusto.

—Brendan Declan Walsh, un gusto 

—¿Walsh? De juguetes ¿Walsh?—mi cara debió de ser de horror al verlo asentir de forma tímida.

—¡No puede ser!—chillo—ustedes sacarán al mercado un nuevo juguete que ayuda a niños con autismo.

Lo vi encogerse de hombros, incómodo, tímido…

—Basta de trabajo—confirmo para regresar su ánimo—¿vienes acompañado?

—No, de hecho solo quería ver el establecimiento, estamos pensando en algo para un nuevo proyecto.

—Si gustas te puedes quedar

—¿Quién es tu amigo Sammy? —el señor Fabrizio llegó para anotar su puntuación.

Les presenté a Brendan y como ellos son únicos, lo aceptaron de inmediato.

—Nada de hablar de trabajo, está prohibido en el viernes de machos—le adviento el señor Samuel.

—¿Viernes de machos? —me observa a mí.

—Ella está aquí porque no tiene amigas, a la única que tenía Fabrizio, la embarazó y tiene que cuidar a su nena—el señor Alessandro, toma una bola, camina con estilo por cierto y la lanza…lanzamiento perfecto… ¡chuza! es lo que grita porque resulta que su equipo compuesto por su hermano y él, van ganando.

—Nos están ganando Benson, porque tu culpa—me señala acusándome el señor Samuel.

—¡No dramatice! Esto no es un Reginam, es solo algo para divertirnos.

—Ese libro es muy bueno—Arturo, se aparece.

—Hasta que llegas Arturo—se sigue quejando el señor Samuel—Brendan, ve con los D´angelo y Arturo, te unes a nosotros, vamos a descuartizarlos.

—¿No que no era un Reginam? —pregunta Arturo—Sammy mamá quiere que llegues mañana para que le hagas estas—me muestra la imagen en su celular donde aparecen unas uñas exquisitas, sencillas como a la mamá de él le gustan, pero con un brillo oro en el dedo índice.

—Claro, estaré ahí a las tres.

—A jugar apresúrense—nos sigue regañando— en la próxima no te voy a elegir—me amenaza.

Desde que conozco a Arturo, siempre me cayó muy bien, es muy simpático y respetuoso, es el mejor amigo de mi jefecito y el señor Fabrizio.

Cuando llega a Fontaine, lo trato de usted pero fuera de ahí, me permito tutearlo

A su mamá la conocí cuando estuvo internada en el hospital donde mamá trabaja, cuando por casualidad pasé a verla y ahí estaba Arturo, cuidando de ella.

Es un gran abogado y de gran corazón, ama mucho a su mamá e igual que a mí, su padre los dejó cuando él era solo un niño.

—¡Chuza!—Escucho al equipo de los “inmortales” gritar, mientras celebran que nos están derrotando—¡inmortales, ju!

—¿Cómo dices que nos llamemos nosotros?

—Las chicas súper poderosas.

—Me estas jodiendo—responde Arturo mientras toma una bola, lo veo limpiarla e introducir los dedos en ella, en ese momento sus ojos celestes me miran y niego— ¿Con que le ganaste para elegir ese nombre?—me interroga

—Con nada—se queja señor Samuel —ella se adelantó para poner el nombre en la pizarra.

—Eres una vergüenza Samuel, Valentino, no hubiese permitido ese sacrilegio.

—Valentino, puede amenazarla con despedirla, yo soy un simple mortal—mira sus uñas 

—Bien, vamos a emparejar ese marcador que es un desastre.

Las chuzas de Arturo y el señor Samuel nos ayudaron mucho, pero no lo suficiente para las chuzas que daban aquellos tres inmortales

Observé a Brendan, es un hombre atractivo y se veía más relajado, tranquilo, normal.

—¿Cuál es el castigo para los perdedores? —Brendan se sienta a mi lado con una cerveza y me la ofrece.

—No hay castigo—respondo

—Si hay, comerán esto.

—Usted es diablo señor Alessandro—lo que ordenaron fue chile relleno, chile de esos que pican, queman, ahogan, asfixian, matan.

El castigo era al menos darle un buen mordisco, uno que me quemó hasta lo más profundo de las entrañas.

—¿Quieres ir a algún lado después de salir de aquí?—interroga mi nuevo amigo

—Claro ¿qué te apetece?

—No fraternices con el enemigo.

—No sea dramático señor Murphy—todos reímos por su reacción melodramática.

Los viernes, gracias a ellos se habían convertido en mis favoritos, me encargaron buscar lugares entretenidos para poder divertirnos a gusto.

Y con Brendan, como compañía esa noche, fue una de las mejores, uno de mis mejores viernes de machos.

Hay muchos que se enamoran sin conocerse en persona, quizás solo detrás de un monitor o de una pantalla de celular.

La conversación puede hacer que ames a esa persona, unas te decepcionan al tratarlas cara a cara, otras te muestran la verdad tras la pantalla.

Y otras como Brendan…te enamoran solo, con su simple existencia…

“El veneno viene en frasco pequeño, como el amor viene en pequeños detalles”

                                                                         (Erís Morningstar)

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