43.
El día de los resultados al fin llega. Me estiro en mi cama con una sonrisa en el rostro y siento un peso sobre mis muslos, bajo la mirada para encontrarme con una pierna gruesa y musculosa, con vellos.
Las piernas de Mauricio.
―Mm, cinco minutos más ―ronronea, atrayéndome hacia él con un brazo.
―No, Mauricio. Se me hace tarde para ir a la escuela ―hablo, sosteniéndome del filo de la cama para no ser arrastrada lejos.
― ¿Sabes lo que podemos hacer en cinco minutos? ―pregunta, tirando de mí con fuerza para colocarme a ahorcajadas sobre él.
― ¿Bañarnos? ―bromeo, entrecerrando los ojos en su dirección cuando siento un bulto duro en mi entrepierna.
―Mejor ―dice y se levanta, tomando mi rostro entre sus manos para estamparme un beso en la boca.
Yo me empiezo a reír y luego batallo para que me suelte, por el jodido aliento mañanero. Sin embargo, no me presta atención y en menos de lo que canta un gallo me está besando y lamiendo el cuello, haciéndome soltar pequeños gemidos de placer.
Su ma