La camioneta nos estaba esperando fuera de la plaza para llevarnos rumbo al hotel, desde que me acomodé en el asiento trasero, él tomó cuidadosamente mi mano y no la soltó, por supuesto que eso no me molestó en lo absoluto.
Pude oír desde la entrada del hotel la música a todo lo que daba en el piso superior, saludé cortésmente al botones del hotel, pero a él pareció asustarle la presencia de Escorpión tras de mí.
—Será imposible poder conciliar el sueño hoy —murmuro mientras vamos en el elevador
—Estoy acostumbrado a ello, suelen hacer una escandalosa fiesta cada vez que gano, invitando a gente desconocida de todas partes —
—¿Debo suponer que en su mayoría son mujeres? —es inevitable pensar en los celos cuando sé que todas las mujeres que estaban en las gradas gritan