Capítulo 162A la mañana siguiente, Matthew despertó más descansado, pero la mente aún parecía envuelta en niebla. Sentado al borde de la cama, se frotó los ojos e intentó sacar de su memoria los últimos acontecimientos antes del accidente.—Vamos allá... el barco... los hombres... —murmuró, frunciendo el ceño. —Maldición, nada.Se levantó y caminó de un lado a otro en la habitación, frustrado con el vacío en su mente.El día que recibió el alta, había hablado sobre eso con el médico. El recuerdo de su explicación aún estaba claro en su mente.—Doctor, realmente no recuerdo lo que pasó. Es como si tuviera un agujero en la cabeza.El médico se acomodó los lentes y respondió con calma:—Eso es absolutamente normal, Matthew. Un golpe como el que sufrió puede causar amnesia temporal. El cerebro se protege borrando parte de los recuerdos recientes.—Pero... ¿pueden volver?—Sí, pueden. Tal vez en algunos días, semanas... o tal vez necesite más tiempo. Pero no se preocupe. Su recuperación e

Capítulo 164Mientras Scarlett intentaba alejar la frustración, Matthew llegaba a su apartamento. Entró, colocó las compras en la cocina y suspiró hondo, mirando a su alrededor.Se sentó en el sofá, recostó la cabeza y cerró los ojos. La semana había sido intensa: el accidente, los días en el hospital, las reuniones, los números caóticos de la empresa… y ahora, por fin, podía descansar.Tomó el celular, deslizó los mensajes y correos, pero ningún nombre familiar encendió un recuerdo. Intentó recordar el rostro de aquella chica que cruzó su camino en el supermercado, pero nada surgía. Lo que para alguien podría haber sido un encuentro memorable, para él parecía un detalle perdido, sin conexión.— Qué extraño… — murmuró, rascándose la lateral de la cabeza, aún sensible por el corte. — ¿Por qué sentí… algo?Suspiró y dejó el celular a un lado, levantándose para abrir la nevera. Cogió agua, luego se acomodó en el sofá de nuevo, apagando la televisión. Su mente insistía en divagar, pero no

Capítulo 166Al día siguiente, Scarlett pasó el día con un dolor de cabeza persistente. Aunque había dormido bien, no contaba con la molestia que la acompañaba desde temprano. Tomó un analgésico y continuó dedicada al trabajo.Mientras tanto, Matthew se concentraba en cuidar de la empresa. La situación era crítica, y sabía que no había otro camino a seguir más allá del cierre. Organizó cada detalle conforme la ley: arreglaría los pagos de los empleados, liquidaría los contratos pendientes y, con lo que quedara, evaluaría oportunidades de inversión en otras empresas, con la esperanza de salvar alguna ganancia para rehacerse.Y así pasaron los días. El dolor de cabeza de Scarlett la acompañó durante toda la semana y se prolongó aún la siguiente. Preocupada por su estado, decidió finalmente ir al médico para recibir la medicación adecuada.En el consultorio, el médico siguió el protocolo de siempre, haciendo preguntas sobre síntomas e historial de salud. Cuando llegó la pregunta sobre la

Capítulo 168— Vamos a acostarnos, querida — dijo Scarlett suavemente, levantándose del sofá y ayudando a su hermana a acomodarse. — Más tarde tienes clase y yo necesito descansar un poco antes de ir a trabajar. Por la noche aún tengo clase presencial en la universidad… — suspiró, cansada solo de pensarlo. — Voy a volver hecha polvo.Lívia la miró con ternura, pero también con un poco de culpa.— Lo siento, Scar… no debería haber hablado de mamá de esa manera.Scarlett sonrió, acariciando el rostro de su hermana.— No tienes que pedir perdón. Prefiero que hables conmigo a que guardes todo dentro de ti.— Lo sé… — murmuró Lívia, bostezando.Las dos subieron juntas al dormitorio. Scarlett esperó hasta que la menor se acostara y arregló la manta sobre ella, como hacía cuando era más pequeña.— Buenas noches, mi pequeña — susurró, dándole un beso en la frente.— Buenas noches, Scar. Te quiero.— Yo también te quiero.Scarlett apagó la luz, cerró la puerta lentamente y se quedó un instante

Capítulo 170Carla sonrió, un poco azorada, e hizo un gesto con la mano.— Disculpe… por favor, siéntese. — Cogió el teléfono, pidió rápidamente a alguien que limpiara el café derramado y volvió su atención hacia él con una postura profesional.Matthew se acomodó en el sillón frente a la mesa de vidrio. Poco a poco, el ambiente se volvió más ligero cuando notó que la expresión de Carla había cambiado de asombro a la seriedad de una buena profesional.Hablaron durante varios minutos sobre su experiencia, los desafíos de la antigua empresa y lo que él esperaba para el futuro. Ella escuchaba atenta, tomando notas en su currículum.Finalmente, Carla apoyó el bolígrafo sobre la mesa y lo miró con una leve sonrisa.— Señor Harrington, necesito ser directa. El puesto es temporal. Usted estará en el cargo mientras el señor Blake esté de baja por enfermedad. — Entrelazó las manos. — Pero, si su desempeño es tan bueno como yo creo, existe una gran posibilidad de que, en el futuro, ocupe uno de