PECADOS RESBALADIZOS 3PAMELLALa casa de Enzo era pintoresca. Demasiado grandiosa y muy tranquila, tal y como la vimos al entrar. Pero lo único que podía sentir era su mano en mi espalda. «Ahora esta es nuestra casa, Bella». Me miró, recorriendo mi cuerpo con la mirada. «Me gusta». Sonreí, contemplando el espacio.«Sé que te gustará». Me rodeó la cintura con el brazo y me atrajo hacia su pecho. Bajó la cabeza hasta mi cuello e inhaló mi aroma. «Hueles tan bien, Bella. Eres perfecta». Me sonrojé. Mi mente se llenó de calor y confusión.Me empujó hacia él, presionándome contra su dureza. Contuve un gemido, mi centro palpitaba y me dolía. Todavía estaba empapada de haberle chupado en el coche. Se apartó un poco para mirarme, luego mis labios. «Oh, Bella», murmuró con voz grave y estrelló sus labios contra los míos. El beso fue áspero, desesperado y ardiente. Me agarró el culo y me atrajo hacia él. Envolví mis brazos alrededor de su cuello mientras mis rodillas se doblaban. Me lev
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