~Marian~Sé que es una locura lo que voy a hacer con Luck sabiendo que mi padre está enfermo, pero por primera vez quiero pensar en mí y dejar de pensar en todos, me siento egoísta, sin embargo, no voy a ser joven toda la vida y no voy a tener la misma fuerza de voluntad de mandar todo al carajo e irme con el hombre que amo.Sí, es muy estúpido lo que vamos a hacer, sin embargo, quiero vivir siendo libre y no tener que dar explicaciones de todo lo que hago. Estoy nerviosa y no podría explicar el resto de sentimientos que hay en mí, es la primera vez que cometo una locura de estas sabiendo que hay un hombre afuera que espera por mí para casarnos cuando todo mejore y yo estoy a punto de irme con el hombre que conocí una noche sin saber que iba a cambiar el rumbo de mi vida y con el que ahora quiero estar sin importar lo que suceda. Agarro mi ropa y la guardo toda en una maleta, tomo lo necesario y lo guardo apresurada, dejando la maleta debajo de mi cama para que nadie se dé cuenta. Ac

~Marian~Trato de ayudar a mi padre al ver que está saliendo sangre de su pie y mi madre me agarra del brazo para que salgamos, mientras escuchamos los gritos de mi padre que no hace otra cosa que ofendernos.—No podemos dejar lo así, está herido —les digo antes de bajar las escaleras.—Si nos quedamos no nos va a dejar salir —mi hermana me agarra de la cara—. Me dijiste que siempre vamos a estar juntas y este es el momento.—Ya no pienses tanto, hay que irnos —insiste mi madre Volteo a ver hacia la habitación de mi padre y veo que la puerta se está abriendo. Bajamos corriendo las escaleras y abrimos la puerta de la sala, estamos justo por llegar al portón para irnos y aparecen los guardias, deteniéndonos Nos agarran de los brazos y por más que saltamos y gritamos para que nos suelten no lo hacen, simplemente, hacen más fuerza para que nos quedemos tranquilas. Mi padre aparece luego de unos segundos con su pie bañado en sangre, se pone frente a mi madre que antes de que diga algo le

~Luck~Bajo las escaleras corriendo antes de que me pueda alcanzar Renata. No puedo creer que haya sido capaz de traicionarme de manera tan baja y que haya sido con mi padre, eso es algo enfermo. Lo que más me enoja es que sabe el dolor que él me causó con la pérdida de mi madre y aún así aceptó acostarse con él. No me quiero imaginar cuántas veces estuvieron juntos en mi propia cama y yo como un pendejo creyendo que me había casado con una buena mujer y me hizo sentir culpable de todo lo que le hizo mi hermano cuando eran novios. Es que ni siquiera sé cómo procesar todo lo que está pasando, la imagen de los dos en la cama se reproduce como un video aterrador en mi cabeza, y aunque quiero controlar mis ganas de romperme, no puedo, es inevitable que el dolor no me invada.—¡Luck, espera! No te puedes ir así, hablemos, por favor.Me alcanza para que no salga de la casa, lleva su ropa puesta y su cabello está realmente desordenado, las lágrimas cubren sus mejillas.—Tenemos que hablar.

~Luck~Por más que trato de no pensar en lo que pasó con Renata y con mi padre la imagen no se borra de mí, es como si la imagen me atormentara cada segundo y me duele como si cientos de clavos atravesarán mi piel.Me gustaría solo bloquear ese recuerdo de mí y hacer como si nada hubiese pasado, pero es inevitable hacerlo y me duele cada segundo que pasa con más intensidad. Siempre he sentido desprecio por mi padre y eso no cambiará, sin embargo, Renata me decepcionó, jamás pensé que sería capaz de traicionarme.Yo llevo todo este tiempo defendiéndola cuando hacían comentarios no agradables sobre ella y resulta que es una mentirosa.Me siento como un imbécil al que engañaron y eso me hace sentir peor. Lo único que recompensa todo mi dolor es que en un par de minutos llegará Marian para irnos juntos, la estoy esperando, no he traído muchas cosas en mis maletas porque solo saqué lo necesario, y ojalá que no tarde porque quiero verla y desahogar todo el dolor que siento; un abrazo de el

~Luck~Miro por la ventana, la ciudad desde aquí se ve tranquila, es como si no hubiese tanto caos y como si el mundo no estuviera destruyéndose poco a poco, como si no hubiese tanto hipócrita.—¿En qué tanto piensas? —Grecia se pone a mi lado con una sonrisa.Ayer no fui capaz de irme y me quedé en su departamento, no quería salir y tener que fingir que todo estaba bien. Sé que no tomé una buena decisión acostándome con ella sabiendo toda la maldad que ha hecho, pero después de todo las personas que me rodean no son tan diferente a ella.—¿Qué fue lo que te sucedió para que te veas tan triste? —vuelve a hablar Grecia al ver que me he quedado callado.—Nada, que quizás me estoy dando cuenta lo miserable que es la vida —le digo sin mirarla.—¿Estás así por Marian? ¿Qué te hizo?—No quiero hablar de ella, sácate su nombre de tu boca y olvida que existe.—Lo que sea que haya pasado no tiene que dolerte —acaricia mi cara—. Marian en el tiempo que fuimos amigas me demostró que no es una bu