El sonido de la lluvia golpeando los ventanales era un murmullo suave, casi hipnótico.Hope había aprendido a amar esos días nublados desde que Eugene la llevaba en su moto por las calles empapadas del campus, justo después de los exámenes. Decía que la lluvia limpiaba la mente, que cada gota arrastraba las dudas y el cansancio.Ahora, mientras observaba desde la cafetería universitaria cómo las gotas resbalaban por el cristal, sonreía al recordarlo. Era el último año de universidad. Administración había sido un viaje intenso, lleno de emociones, desafíos y aprendizaje. Y, a su lado, Eugene se había convertido no solo en su amor, sino en su compañero de vida, su mejor amigo, su punto de equilibrio. Nunca creyó que él llegaría a ser la persona más importante de su mundo aun cuando apenas creyó que dejaría ser su amigo. Eugene era la persona que estuvo esperando por mucho tiempo y para sorpresas de la vida, él también la estuvo esperando a ella por bastantes años. El chico llegó unos m
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