Capítulo 111Gabriela estaba desnuda, cubriéndose con la ropa que tenía mientras su cuerpo temblaba, Liam se ponía la camisa con torpeza, ninguno de los dos podía creer que los había descubierto.Yo los miraba alterada aún con la boca abierta, con rabia, con decepción, con ganas de gritarles lo malditos que eran por su engaño —Por favor… no le digas nada a mi mamá —me pidió Gabriela, con la voz llorosa mientras me suplicaba.—Luisa, esto no es lo que parece —intentó justificarse Liam, abotonándose la camisa y también mirándome con cara de súplica.Sin pensarlo, levanté la mano y le di una cachetada a Gabriela. Luego otra a Liam, muy Fuerte, me temblaba todo el cuerpo, pero no iba a quedarme callada, no después de la infamia que había presenciado—Fuera de mi empresa —le dije a Liam—. Ahora ¡No te quiero ver cerca de mi familia!Él no dijo nada más, Tomó su ropa, se subió a su auto y a toda marcha, yo no dejaba de temblar, era una situación que sobrepasaba todo de mi.—¿En qué estás

Capítulo 113Las copas se me resbalaron de las manos y cayeron al suelo, no podía creer lo, El sonido del vidrio rompiéndose me sacó del shock por un segundo, Pero no aún así me quedé paralizadaAmelia bajaba con la ropa desordenada, abrochándose la blusa y con el cabello revuelto. Tenía la cara enrojecida y los labios hinchados. No hacía falta adivinar lo que había pasado, ya todos los morbosos del lugar me lo habían dejado claro, todos los hombres del lugar la miraban con morbo asqueroso, comentaban en voz baja, reían entre ellos, algunos incluso la señalaban. Sentí que me hervía la sangre.Fui directo hacia ella, sin pensar en el escándalo, sin importarme la gente, incluso sin pensar en que Santiagi podía darse cuenta de todo, La tomé del brazo con rabia —¡Mamá! ¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendida, intentando soltarse de mi agarre.No le respondí. La jalé con fuerza entre miradas y murmullos, y la llevé al bañoCerré la puerta con fuerza sacando de mi pecho, la rabia que me pr

Capítulo 115Narra Amelia...Siempre quise cumplir con las expectativas de mi familia. Desde niña sentí la presión de ser la hija ejemplar, la que debía brillar para que mis padres se sintieran orgullosos. Pero siempre xui insegura. Sentía que Gabriela era más linda, más atrevida, más interesante. Yo pensaba que me iba bien en el modelaje por el respaldo de mamá y papá, que me ayudaban a tener éxito, no porque realmente lo mereciera.Fue entonces cuando apareció él. Un admirador anónimo, Alguien que me mandaba cartas, flores y pequeños detalles. En sus cartas me escribía cosas tan hermosas que parecía conocerme, me decía exactamente lo que necesitaba escuchar. Cada carta hablaba de mí, de mi belleza, de mis miedos, de mi deseo de ser vista. Poco a poco me fui enganchando. Me enamoré del escritor de esas cartas porque me hacían sentir única, especial.Cuando decidí citarme con él, mi corazón latía a mil.Apareció Mike. Era mayor que yo, pero atractivo. Su porte imponía respeto y a l

Capítulo 117No podía creer lo que había hecho, Temblando marqué el número de mi mamá. Apenas escuché su voz, rompí en llanto.—Mamá… ven rápido, por favor… Mike… está en el suelo, hay sangre, yo creo que lo mate —alcancé a decir, sollozando.Ella no me preguntó nada más, sabía que la necesitába —Amelia, resiste. Ya vamos para allá.Los minutos me parecíeron eternos. Caminaba de un lado a otro sin saber qué hacer. Lo veía tirado, respiraba con dificultad, pero yo estaba petrificada del miedo, nunca quise hacerle dañoA los pocos minutos entraron mis papás con Emiliano. Apenas los vi, corrí hacia ellos y me lancé en sus brazos, era una estúpida niña aún, fingía ser una adulta pero eso estaba lejos de la realidad—Perdón… —dije entre sollozos—. Perdón por todo lo que hice, por no escucharlos. Fue el peor error de mi vida.Papá me apretó contra su pecho, también tenía lágrimas en los ojos. Mamá me acarició el cabello, como si quisiera recuperar a la hija que había perdido.—Ya pasó, h

Capítulo 119Hoy era el gran día, el lanzamiento de La colección más importante de mi carrera, no solo porque era mi primera colección como CEO del legado de la familia, si no porque era un tributo para Jake, un hombre que me enseñó todo lo que se de la modaYa no era el hijo de Luisa de Mondragón y Santiago Mondragó, Esta vez, era Ethan. Solo Ethan, el heredero de la fortuna de la familia Y este desfile sería la manera de demostrar que no era el hijo de papá y mamá y que podía llevar las riendas de la empresa.Estaba solo en mi oficina repasando algunos detalles antes del lanzamiento, cuando la puerta se abrió. Era Ximena, venía muy sonriente, segura, con ese brillo en los ojos que me había atraído de ella desde el primer momento.Cerró la puerta con seguro y caminó hacia mí sin decir una palabra, Me besó con deseo, y antes de que pudiera reaccionar, ya estaba de rodillas frente a mí, bajándome el cierre del pantalón.—El gran CEO Mondragón se merece un premio —susurró, mirándome de