POV AntonellaCuando nacemos… ¿Nacemos con maldad en nuestro interior o somos tan puros como una paloma? ¿Puede una persona buena convertirse en alguien perverso?... Para mi la repuestos es sencilla, ¡Si!, y no saben cuán rápido se puede pudrir con una gota de maldad a todo un corazón bondadoso como el mío.Desde el alto balcón de aquella biblioteca veo al causante de mis amarguras, Noah, escabullirse de está fiesta tal cual rata escurridiza. ¿Cómo logró entrar? ¿Se supone que no era momento para encontrarse conmigo? Pero… ¿Por qué su mirada…—¡¿Qué sucedió?!Oigo la puerta abrirse con brusquedad mientras que él entra al salón interrogandome de inmediato.—Eso mismo es lo que quisiera saber yo —respondo serena, sin dejarme perturbar por sus palabras—… ¿Qué sucedió? — me giro para ver a las dos personas que acaban de entrar a la habitación con sus respectivos trajes de avestruz— ¿Qué no se supone que la seguridad estaría al máximo? ¡Ese tipo entró a mi habitación! — exploto.Samuel mira

POV NoahEl calor de las llamas es abrazador. La garganta me quema, estoy sofocado. El peso de la enorme madera oprime mi pecho de tal manera que me es imposible mover un musculo.—¡Ayuda! — suplico con un quejido casi que inaudible.Es mi fin, lo sé, pero que puedo hacer, es lo que merezco. Al final de cuentas todo esto es culpa mía. Miro mi alrededor en llamas y se que esto es lo último que veré, así que resignado cierro los ojos esperando que la asfixia sea lo que acabe con mi vida y no las dolorosas llamas.—¡Despierta! Vamos muchacho, tu puedes, aún tienes mucho que hacer en esta vida.El peso de la madera que sentía, ya no está. Puedo respirar un poco más, aunque el humo sigue siendo insoportable. No era consciente del todo, pero alguien me estaba cargando arrastra. Era mi salvador, esa ayuda que estaba rogando hace unos momentos.Aquel hombre me hablaba con desesperación, en verdad quería que sobreviviera de ese infierno, en verdad quería salvarme.Pero… No debería, yo debería

POV Noah—¿Qué no te cansas de venir? ¡Ya te dije que no tengo idea de donde está Antonella! Además… ¡Es tu culpa que ella se halla marchado!Lucía me reclama con sus brazos como jarra y una voz agotada por mi constante presencia en su restaurante.¿Yo?Yo me mantengo firme en mi postura.Todas las noches vengo y no me marcho hasta que logro obtener su atención y eso sucede a eso de las tres o cuatro de la mañana que no tiene como sacarme del local pese a que lleva tiempo cerrado.—Lucia… Sabes que no te creo. Antonella es la mejor hija que conozco, así que es imposible que se halla marchado sin decirte a donde… Mucho menos después de lo que…Mis palabras se quedan ahogadas cuando siento como Lucia lanza una silla con extremada furia.—¡¿CREES QUE SI SUPIERA DONDE ESTÁN MIS HIJAS ESTARÍA ASÍ?! —Ruge— La única razón por la cual me mantengo presa en este restaurante es porque no quiero estar en casa y pensar en ellas. ¡No sé dónde están! ¡Si están bien o si tan solo están comiendo!... E

POV Noah—¿Qué haces aquí Antonella? — pregunto anonadado de ver a esta mujer en uno de mis almacenes, no me gusta, primero estuvo en la fiesta y ahora está aquí. Antonella ¿Estás trabajando con los malos? ¿Por qué?—¿Qué clase de accionista sería si no conozco las instalaciones de la empresa a la cual coloco mi dinero a producir? —responde con altanería la necia. Se ve tan sexy con esa actitud arrogante.—Pfff, que estupidez —bufo.—No es de mi incumbencia su sentir con relación a mis decisiones señor Mayer. Si me disculpa, tengo un recorrido que hacer.Antonella me da la espalda y le hace señas al gerente de la cede para que continúe su recorrido, pero de inmediato me interpongo en su camino quedando peligrosamente cerca de su rostro.—No es necesario que haga eso. Para que hacer un recorrido con un simple gerente. ¿No es mejor hacer el recorrido con el dueño? Vamos señorita Guzmán, después de usted.Señalo el camino con mi mano, invitándola a que marque el paso. La mujer me calcina

POV Anastasia.Que la tierra me trague y me escupa en Dubái, por favor. ¿Cómo es posible que me encuentre con este hombre aquí de tantos lugares y circunstancias?—Si, mírate. Has cambiado en tan poco tiempo.Noah me responde con una sonrisa, como si en verdad estuviera feliz de volver a verme.Noah es el que ha cambiado, y no necesariamente para bien, luce muy delgado, pareciera que hubieran pasado como quince años sin verlo en lugar de dos.—Lo mismo digo de ti. Has cambiado mucho.—¿Que te trae por aquí?.—Heee… Yo…— ¡An! ¡An! Quiedo helado.La voz de Carlitos se acerca a nosotros a toda velocidad, sin darme chance a poder reaccionar. Carlitos llega a mi lado con su perrito en mano y con una sonrisa idéntica a la de Antonella.Mi mirada viaja entre Noah y Carlitos, totalmente asustada y temerosa de que es lo que debo hacer. Más aún cuando Carlitos ve a su padre y este frunce el ceño asustando un poco. El pequeño se esconde detrás de mis piernas.—¿Y este pequeño? ¿Quién es?—Eeeeh