POV: AIRYSMe quedé paralizada por un segundo. — Me vas a culpar cuando sepas de lo que te privé. — solté, sintiendo mis labios temblar antes incluso de terminar la frase. La olla silbó al fondo, y eso fue la excusa perfecta para alejarme. Me levanté de golpe. — Descansa. Volveré en breve con un té que encontré en los armarios. Pero antes de que alcanzara la puerta, su voz me golpeó por la espalda. Ronca. Grave. Rasgando algo dentro de mí. — Lo sentí. Me quedé inmóvil, el cuerpo congelado. La cabeza baja. El corazón se disparó. — ¿Qué? — pregunté en un susurro, girando apenas la mirada, vacilante. — En la cascada. Sentí miedo. — Gimió bajo, y por el sonido del esfuerz

POV: AIRYSUna risa baja, ronca y cargada de peligro escapó de su garganta, vibrando como un trueno ahogado entre nosotros. Bajé la cabeza, los ojos fijos en su rostro marcado, respiración pesada, casi descompasada. Sus dedos estaban presionados contra la herida que volvía a sangrar.— Siéntate, necesito ver eso. — murmuré firme, intentando mantener el control, aunque el corazón me latía desbocado y los ojos seguían húmedos. Respiré hondo, limpiando el rostro con un gesto rabioso. Me acerqué con la intención de ayudarlo… pero no me dio oportunidad.En un segundo, fui arrastrada con brutalidad y envuelta por sus brazos fuertes, cerrados como cadenas alrededor de mí. Mi cuerpo fue pegado contra el suyo con una facilidad animal. Sentí el aire escapar de mis pulmones con el impacto. Hundió el rostro en mis cabellos, respirando hondo, como si quisiera consumirme solo por mi olor.— Airys… respira. — Ordenó, con la voz ronca, gruesa, caliente como el pecado.Su mano subió despacio por mi es

POV: AIRYSAntes de que yo dijera cualquier cosa, él ya estaba arrodillado frente a mí, arrancando el resto del vestido de mis piernas, librándome de la tela mojada con prisa. Lo tiró al suelo sin siquiera mirar. Sus ojos estaban clavados entre mis piernas, como si me devoran solo con la mirada. — Necesitamos hablar, Daimon… —Suspiré, débil, intentando mantener algo de control. Pero mi voz ya salía entrecortada de deseo, y él lo sabía. — ¿Hablar? — Subió por mi pierna, mordiendo mi pantorrilla, sus dedos apretando mi carne con fuerza, dejando marcas. — ¿Ahora? — continuó subiendo más, hasta morder la parte interna del muslo, chupando, lamiendo. Me arqueé, las manos aferrándose a la tela del sillón. Jadeé alto. — Maldita s

POV: AIRYS Gemí alto, cabalgando, más fuerte, más rápido, más desesperada. Mis caderas chocaban contra las suyas con violencia, sus gemidos mezclándose con los míos. El sonido de nuestra piel encontrándose, de mi intimidad empapada, engulléndolo, de nuestro sudor, de nuestro descontrol, llenaba todo. Daimon descargó otra palmada en mi trasero, rugiéndose. Todo mi cuerpo tembló. Estábamos sudados, pegados, la temperatura entre nosotros explotando. Yo estaba al límite. Me aferraba a él como si mi vida dependiera de eso. Entonces se sentó, manteniéndome encajada, sus manos clavadas en mí. Mis pechos se comprimieron contra la suya que los agarró con fuerza, pellizcando los pezones mientras mordía mi hombro y besaba mi cuello. Mi cabeza cayó hacia atrás,