Capítulo 51. El Secreto del Dragón RojoLas palabras de esa mujer, Paula Green, lo habían atravesado como una lanza oxidada. No había forma de esconder esa marca, aunque ya no era tan clara como antes. Se trataba de un dragón chino, rodeado de llamas, que estaba en su brazo. Se lo había hecho en sus días de juventud como un símbolo de poder. Pero ahora se había convertido en su maldición. El ancla que lo vinculaba a una noche de sangre, gritos y muerte.-- Estúpido... debiste matarla también -- murmuró golpeando el lavabo, sin darse cuenta de que su labio estaba sangrando por tanto apretar los dientes con demasiada fuerza.Juan Lee trabajó en el laboratorio durante cuatro años. Nadie lo conocía por su verdadero nombre; en los archivos aparecía como “Nicolas Portugal” Había falsificado sus documentos al salir del penal, tras cumplir una condena corta por tráfico menor de estupefacientes. Fingía ser un hombre que trabajaba en seguridad privada, pero eso no era la verdad.El tipo había en

Capítulo 53. Bajo la misma piel-- Eso quiere decir que no mato por error, debió tener un móvil, algo que lo motivo -- susurró Paula, sentándose junto a él. Santiago asintió-- Definitivamente lo hizo por un motivo. Con precisión... Y aun así -- agregó Santiago, sin apartar los ojos del dragón. -- Dejó viva a la única persona que podía recordarlo. A ti --La noche cayó sin prisa sobre la ciudad, como un telón espeso que los envolvió a ambos luego de regresar de la estación de policía.Ambos parecían arrastrar el peso de algo más que una simple revelación: el nombre "Nicolás Portugal" había abierto una puerta... pero detrás de ella todavía había oscuridad.-- ¿Quieres que prepare algo de cenar? -- le preguntó ella luego de unos minutos, el estómago había comenzado a sonar y se dio cuenta de que no tenía nada en el además de esa taza de café.El departamento de Paul se había convertido en el lugar que ahora compartían ellos, sin darse cuenta.-- No tengo hambre – le respondió él.Su vo

Capítulo 55. A un paso de la libertad...Al llegar al departamento de Paula ella giró hacia él. Después de enterarse que el asesino podría ser un lunático le dijo a Santiago que mejor se fueran al suyo.-- Estas segura de que prefieres ir a mi departamento, sabes que yo voy a quedarme contigo – le preguntó Santiago ajustándose la chaqueta mientras la luz de la mañana se filtraba por las persianas del departamento de ella, Paula asintió.-- Me sentiré más segura lejos de acá – aseguro y él la ayudo a preparar su maleta.-- Además, el comisario dijo que no tardaría mucho en dar con él --Santiago también lo creía. No sería tan fácil mantenerse oculto del mundo, ahora que todos lo estaban buscando.Santiago se agachó frente a ella, rozándole las rodillas con sus manos cálidas.-- No estés nerviosa. Ya estamos cerca. Lo sabes, ¿verdad? – ella volvió a asentir.En sus ojos brillaba una mezcla de miedo y esperanza. Santiago se inclinó y besó su frente con ternura antes de estirar su mano y

Capítulo 57. No hay vuelta atras... ¡ya no!Paula estaba en un dilema, debía creerle todo lo que dijo Santiago, no podía evitar preguntarse qué hubiera pasado con ellos si ella no lo confundía con su esposo la noche de su aniversario.-- ¿Puedo saber que sientes ahora por ella? --Santiago la miró con ternura, no se había puesto a pensar en eso. Pero desde que estaba con Paula no había pensado para nada en Gianina... eso solo significaba una cosa.-- No siento nada por ella Pau -- fue sincero.-- Ella no parece penar lo mismo ---- Las cosas han cambiado, y mucho desde que volví a este país... debes saber que contigo siento todo lo que nunca senti con ella. ¿Eso está mal? ---- No lo sé – Paula no sabia que pensar, esa era la verdad. -- No si esto es real -- dijo ella bajando la mirada.-- Lo es cariño, claro que lo es --Santiago se acercó y la abrazo con cuidado, con miedo de que Paula fuera a desaparecer si seguían hablando de lo mismo.En ese momento en la estación de policía--

Capítulo 59. Ya no necesitas proteccion... por fin.Paula quería aprovechar esos cinco minutos al máximo. Como abogada sabía que, al haberla reconocido de esa manera, se había puesto la soga al cuello.-- ¿Él la reconoció? – preguntó el comisario y el teniente asintió.-- Lo hizo... ja, ja, ja. La señorita Green es mejor de lo que pensaba –Paula se acercó a él. No quería sentarse, pero debía hacerlo, necesitaba mirarlo a los ojos para saber la verdad.-- ¿Por qué? -- dijoJuan la miró por un segundo, luego le respondió:-- Porque ellos mataron a mi familia. Ese maldito laboratorio acabo con nosotros y me hizo ser asi, yo no era un asesino – ella frunció el ceño. No era lo que le había preguntado, pero estaba bien si él quería hablar del tema.-- Ellos también eran inocentes. Igual que tú, ninguno de ellos hizo lo que dices –-- ¡Mentira! – levantó la voz. Pero ella no retrocedió. -- No soy yo quien te hará abrir los ojos señor Lee. Ya en el juicio te enteraras de la verdad. Pero lo