— No es una pregunta estúpida, señor. — Empecé a hablar y fui hasta el final, ya basta de mentir. — Cuando escuché que esta hacienda estaba contratando, decidí arriesgarme y caminar desde la capital hasta aquí, esperando conseguir un aventón en el camino, pero ningún coche pasó por mí, ¿te lo crees?
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