Capítulo 71. Juicio. Ricardo lo ve salir esposado; todos toman fotografías y vídeos de lo sucedido, que rápidamente se difunden entre los obreros que miran a Valentina en shock. —¿Qué pasa, Pacheco? —pregunta Valentina, ajena a la situación. —Tiene que ver esto, patroncita, creo que el patrón Ricardo está en problemas. Valentina toma el celular rápidamente viendo el vídeo; en él, Ricardo aparece apoyado a su abdomen mientras ve cómo sacan a Julio esposado. Las palabras que Julio le dice alteran a Valentina; ella no espera nada más, corre subiéndose a su caballo y cabalga en busca de Ricardo. Cuando ella quiere salir, él ya lo traen en la camioneta; Pablo sale apresurado ante la conmoción. —¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué le hicieron a mi hijo? —Estoy bien, abuelo, solo fueron unos golpes. Atrapé a Julio poniendo veneno a los animales otra vez, pero esta vez con las minicámaras que instalé en el lugar. Aprovechó que la hacienda estaba sin vigilancia interna y se escabulló, per

Capítulo 73. Atenciones. Ricardo le da la llave de la camioneta y se calma cuando la ve alejarse. La mujer va un poco asustada; ella sale sin mirar atrás, mientras que Valentina y Alondra regresan. Aunque Valentina se reserva la razón de su enojo, Alondra la acompaña, impaciente por ayudarla a calmarse. Al volver, Valentina no nota a la mujer, tampoco a Agustín, lo que la hace pensar que Ricardo ya se encargó de la situación, lo que la hace molestar aún más, porque con eso confirmó lo que ella pensaba. * Distantes, Valentina y Ricardo se quedan disfrutando de la fiesta junto a Agustín y Alondra, juegan cartas y dominó, mientras toman sus bebidas. Al transcurrir las horas, todos se despiden; son casi las 3 AM cuando llegan a la casa. Ricardo intenta calmarla, pero esta vez Valentina no da su brazo a torcer. —No me toques, esta vez, ni con sexo me harás cambiar de opinión. —Ya te lo dije, mujer, hace un año no voy a ese lugar; alguien les está pagando para provocarte, par

Capítulo 75. Porción de realidad. Le gusta la manera en la que ella lo mira débil e inocente al sentir sus besos en la zona del ombligo que la hace suspirar, sabiendo que ese es su camino a su feminidad expuesta ante él. Ricardo hace el shorts a un lado y la besa, causando en ella emociones indescriptibles; ella lo mira disfrutar de ella. La manera en la que sube lentamente por su abdomen una vez más la descontrola; ella lo espera, paciente, mientras lo siente acomodarse entre sus piernas y lo siente, duro, presionando su cavidad, irrumpiendo en ella de tal manera que la hace estremecer. Ella lo besa y él le corresponde; sus embestidas le encantan. Lo besa en el pecho mientras sube poco a poco a su hombro. No puede contener esto dentro de su pecho, esa sensación, la manera en que él entrelaza sus manos con la suya, la conexión que comparten, esa electricidad insoportable recorriendo cada centímetro de su cuerpo. Ella lo mira, le acaricia la barba y sonríe ligeramente; ella sie

Capítulo 77. Investigador privado. Ricardo se retira a su habitación, dejándose caer sobre la cama. Con el celular en mano, toma la iniciativa de llamar a Valentina, quien demora en responder. El celular repica una y otra vez, cinco llamadas antes de ser contestada. V: ¿Hola? ¿Qué pasa? Su voz, de cierta manera, causa en Ricardo una sensación indescriptible. R: Te llamo para que sepas que llegué, ya estoy en casa. V: Entiendo, me alegra saber que tu vuelo llegó bien; se lo informo mañana al abuelo, ya se ha ido a dormir. R: ¿Y tú? ¿Qué haces? V: Voy a dormir, espero descanses bien. R: Tú también, feliz noche. V: Feliz noche. Ella cuelga. Ricardo ve su celular unos segundos, ni un mensaje, ni un estado, nada de ella, como si su mundo se hubiera quedado en silencio. Solo Agustín se preocupa por escribirle para saber si está bien, si llegó; de todos es quien más se preocupa, como si fuera ese hermano que nunca tuvo. A: Tranquilo, hermano, haga lo que tenga que hac

Capítulo 79. Unión Tóxica. La noche es inquietante, no solo para Valentina, sino para Ricardo. Jamás se había desvelado en su vida por algo, pero hoy, esta noche, mira el paisaje de la hermosa noche y el jardín de su hogar desde el balcón de su habitación, donde los pensamientos y el silencio se vuelven su verdugo. * Al llegar la mañana, Ricardo se sienta en la cama. Él siempre le escribe al despertar, sabiendo que ella está despierta; espera su mensaje, pero hoy en especial no llega respuesta de sus buenos días, ni siquiera ese mensaje cortante, lo que lo tiene distraído. —Ricardo… —Vuelve a llamar Rocío. Ricardo está mirando el plato de comida que preparó la sirvienta; no es su desayuno favorito, ese que Valentina le prepara, no es su jugo de naranja fresco, este es de tienda, ni su mermelada casera; no es ella quien se sienta frente a él. —Hijo, tienes ojeras, ¿no lograste descansar? —pregunta Dario preocupado al ver la expresión desgastada de Ricardo. —No me sentía bi