Sung-Hoon, después de salir de la compañía, decidió no dirigirse directamente a casa. En lugar de eso, se pasó por el club nocturno. Al llegar, el ambiente era distendido, con música por doquier, personas conversando y otras bailando. Algunos estaban sentados en la barra, pidiendo orden tras orden, disfrutando de la segunda ronda.Poco después, Sung-Hoon vio a su amigo Adriel sentado en la barra. Se acercó y compartieron saludos rápidamente.— ¡No esperaba que vinieras hoy! —exclamó Adriel, sonriendo. — ¿Qué, quieres beber a raudales y desestresarte?—Para ser sincero, no esperaba coincidir contigo hoy, pero tampoco tengo intenciones de emborracharme. Solo unas copas; he tenido demasiado trabajo estas semanas y creo que me merezco al menos eso. ¿Y tú? ¿Qué me cuentas?Adriel asintió con la cabeza y hizo señas al barman para que se acercara. El trabajador tomó la orden del recién llegado, quien se decidió por un cóctel.Entonces, el asiático miró a su mejor amigo y sonrió.—¿No hay nad
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