Mientras tanto, la secretaria del CEO escoltó a Bianca a la sala de recepción. Al entrar, Bianca quedó sorprendida por la lujosa decoración. La habitación contaba con mesas y sillas hechas de caoba rica con tallados detallados. La alfombra de lana pura se sentía como caminar sobre nubes. Un juego de té de porcelana blanca descansaba sobre una mesa cercana, mostrando su alta calidad. —Señorita Scott, por favor siéntese. El CEO se unirá a usted en breve, después de terminar su trabajo. —La secretaria preparó una taza de té para Bianca, quien asintió educadamente. —Gracias. Bianca sonrió a la secretaria, quien no pudo evitar notarla. Los ojos de Bianca brillaban, y su encanto natural hacía que los demás se sintieran a gusto. No era una belleza forzada, sino una que hacía que los demás se sintieran cómodos. Bianca era la mujer que el CEO quería conocer en privado, y la secretaria se sintió curiosa por su conexión. Sabía que debía ser respetuosa con Bianca. —Señorita Scott, es un pl
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