No pudiendo soportar su decepción, desapareció de la ciudad, pasando todo aquel verano viajando por Europa, intentando descubrir dónde se había equivocado.Fue entonces cuando diseñó ese anillo —en memoria de la chica que salvó, no de Ava.Vendió ese anillo cuando aceptó el matrimonio con Scarlett, como una despedida a su chica con quien ya no podría casarse. Al final, solo pudo aceptar el hecho de que Ava se había convertido en una persona ordinaria como todos los demás en su vida —mienten, engañan y adulan. No tenían luz en sus ojos. Tampoco Ava.Podría haber descubierto la mentira de Ava aquel día, o en cualquiera de los 1000 días que siguieron. Podría haberse redimido y darle la felicidad a Scarlett tal como lo había prometido.Pero no lo hizo.Tomó el anillo como la parte inocente de Ava que murió, pero nunca supo que su ángel siempre había estado frente a sus ojos, escondida a plena vista por el mal, y empujada al precipicio por su propia mano.Sebastián suspira, su voz baja y pe
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