24. Una consulta urgente⤝KRISTEN⤞Un ronco gemido sale de mis labios cuando la rodilla de Ewan se abre paso entre mis piernas. Enredo los dedos entre sus cortos y sedosos cabellos y lo atraigo hacia mi cuerpo, donde ni el aire es capaz de pasar en este momento.El deseo corre por mis venas como lengüetas de fuego, como si la sangre de repente se me convirtiera en lava y me consumiera en su rojo calor.¿Qué estoy haciendo? ¿Dónde estamos? ¿Y cómo hemos llegado? Lo último que recuerdo es haber metido mi lengua en su boca en el estacionamiento del restaurante.Suprimo el vendaval de preguntas que se aproximan, no las necesito y si voy a arrepentirme, lo haré más tarde, luego de disfrutar de este hermoso pecado.—¡Aah! —exclamo con sorpresa cuando Ewan me toma de la cintura y hace que mis piernas se enreden alrededor de las suyas.—Kristen —musita. Su tono es bajo y ronco.Busco sus labios y me apodero de ellos. Me siento tan necesitada y sedienta que no quiero escuchar nada más que no se

26. Tu fiel esclavo⤝KRISTEN⤞Las palabras de Katia no dejan de darme vueltas en la cabeza. ¿Cómo he sido tan idiota para dejarme llevar de esa manera? No soy una adolescente hormonal; sin embargo, actué exactamente como una con Ewan Barnett.Ni siquiera me detuvo el hecho de que era un desconocido. ¿Tan necesitada estaba? ¡Sí! ¡Jodidamente que sí!Me dejo caer sobre la cama y miro el techo de mi habitación como si fuera la cosa más interesante del mundo. Luchando contra el deseo de echarme a llorar. ¡No debería de importarme su vida privada! Lamentablemente, para mí, me importa más de lo que debería. Sobre todo, porque prometió llamarme.Y, han pasado cinco días sin tener noticias suyas. Suspiro y me pongo de pie. Tengo que arreglarme para bajar a desayunar con mi padre y mi sobrina. Al parecer, tienen algo importante que anunciar porque han invitado a toda la familia. Todos, excepto Aiden y Zaria, la parejita de tortolos, decidió extender su luna de miel unas cuantas semanas más.Son

28. ¡Me encantan las papas!⤝KRISTEN⤞Miro a Ewan y luego a las niñas. Los tres esperan una respuesta de mi parte; sin embargo, cualquier cosa que diga, será muy apresurada y no quiero equivocarme. Me gusta Ewan, es más, me encanta y estoy segura de que es un auténtico caballero fuera de la cama, pero asumir la responsabilidad de dos niñas no es cualquier cosa.Y, no. No es porque quiera tener a Ewan solo para mí, me aterra que fuera de la cama no lleguemos a entendernos y entonces, ¿qué pasará con Jessia y Kala? Como adultos, nuestra prioridad es cuidar de la estabilidad de las pequeñas.—Cariño, sé que esto te ha tomado por sorpresa.—No me la esperaba —murmuro. Cierro los ojos cuando sus dedos acarician mi mejilla—. ¿Niñas, pueden sentarse y esperarnos unos minutos? —pregunta y el útero se me derrite con tanta ternura.—Sí, papi —responde Jessia, acomodándose en el sillón mientras Kala coloca una almohada bajo el brazo enyesado de la pequeña. A pesar de su edad, la cuida con demasi

30. ¡Sorpresa!⤝Zaria⤞Regresar cuatro meses después, no era el plan. Pero, ¿quién puede negarse a unas largas vacaciones por Europa? Yo, por lo menos, lo intenté sin conseguir buenos resultados. Al final, Aiden se salió con la suya y estuvimos disfrutando no solo de los países en los que estuvimos, sino de largas noches de amor y pasión.Acaricio mi vientre de ocho meses y medio mientras el auto se desplaza por la ciudad. Aiden toma mi mano y deja un beso en el dorso.—Tengo una sorpresa para ti —murmura, viéndome de esa manera tan única y especial.—¿Una nueva luna de miel? —bromeo. El chofer toma una ruta distinta al edificio de mi apartamento, lo cual me sorprende—. ¿A dónde vamos? —pregunto.—Te lo he dicho, cariño, te he preparado una pequeña sorpresa.—¿En casa de tu padre? —inquiero, cuando el chofer gira en la siguiente esquina.Aiden sonríe, pero no responde mi pregunta.—Aiden.—Relájate, mi amor. Te aseguro que es algo sencillo y sé que va a encantarte —asegura, pero no es

32. Epílogo ⤝AIDEN⤞Observo detenidamente a mi familia. Ríen y conversan mientras los niños corren de un lado al otro. Totalmente confiados.Estos últimos cuatro años han pasado demasiado rápidos o, tal vez, es que la felicidad que he experimentado en este tiempo me tiene en el limbo.—¡Papi! ¡Papi! ¡Ven a jugar!Sonrío al ver a Amira agitar su pequeña mano, llamándome para ir a su lado. Aún me parece que fue ayer el día que la vi y la sostuve por primera vez entre mis brazos. Y hoy cumple cuatro años.—No hagas esperar a la princesa, papá —dice Knox, moviendo la cabeza, invitándome a levantarme y unirme al pequeño ejército de niños que corre por el jardín.Ha pasado tiempo y, aunque mi hijo se ha convertido en un hombre totalmente diferente. Sigue teniendo esa tristeza en la mirada. No hablamos sobre Nova o Nikki, pero en el fondo. Sé qué piensa en ellas. Más, cuando estamos reunidos como hoy.—¿Quieres unirte? —pregunto y niega.—Ni, aunque quisiera. Tu pequeña garrapata no me dej