Todos los capítulos de El Secreto de la Esposa Embarazada del CEO : Capítulo 141 - Capítulo 145
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CAPÍTULO 140. El precio del engaño.
Capítulo 140 El precio del engaño.La noche había caído sobre Manhattan como un velo pesado y espeso. El mar, apenas visible desde la colina, era un bloque de tinta oscura salpicado por la luz temblorosa del faro lejano. El viento húmedo traía consigo olor a sal, a mangle y a tormenta.Leonard avanzaba entre la maleza junto a Iván, los dos vestidos de negro, empapados por la llovizna persistente. Sus botas se hundían en el lodo blando, y cada paso hacia el viejo almacén parecía más pesado que el anterior. Pero no había vuelta atrás.—Está allí —susurró Iván, señalando la estructura oxidada al pie de la colina—. La señal se estabilizó hace media hora. No se ha movido desde entonces.Leonard asintió con los labios apretados. Una punzada de ansiedad le recorrió el pecho, no por el miedo, sino por la certeza de que todo estaba a punto de estallar. Camila estaba dentro. Y también las respuestas que necesitaba. —Vamos por el flanco izquierdo —indicó Leonard, sacando el arma que Iván le ha
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CAPÍTULO 141. La cacería de la inocencia.
Capítulo 141La cacería de la inocencia.Unos días habían transcurrido desde el fallido asalto al almacén. Manhattan se mostraba ahora bajo un sol inusualmente brillante para la temporada, como si quisiera contrarrestar la oscuridad que aún flotaba en el ánimo de Alessia y Leonard. Pero ni la luz ni el calor lograban disipar la tensión clavada en sus hombros.La mañana se filtraba a través de las cortinas de la sala cuando Alessia emergió de la cocina con dos tazas de café humeante. El aroma amargo se mezclaba con el leve olor a humedad que quedaba de la tormenta pasada. Leonard la esperaba junto a la ventana, mirando la calle como si anticipara una amenaza oculta tras cada vehículo que pasaba.—Gracias —susurró él, tomándola—. ¿Dormiste algo?Alessia negó con la cabeza mientras se sentaba frente a él. Sus ojos, ligeramente hinchados, delataban noches de insomnio.—Soñé con Lizzy. La veía correr por un pasillo blanco, gritando mi nombre, y luego… se desvanecía entre mis brazos. Me des
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CAPÍTULO 142. ¿Jugamos?
Capítulo 142¿Jugamos?El convoy de coches avanzó por la rampa que lleva al andén de la línea Hoboken–Manhattan. Afuera, la tarde se llegaba con nubes grises; el aire olía a tierra mojada y a metal oxidado. En el coche de adelante, Leonard apretaba el volante, los nudillos blancos; detrás, Alessia repasaba las cifras en su celular, tratando de liberar sus cuentas por si pedían dinero que por el secuestro.En el tercer vehículo, Iván y Carlos intercambiaban miradas tensas: acababan de recibir la confirmación de que una camioneta de mudanzas alquilada, placa NJ‑T45‑XKP, se encontraba inmóvil a pocos metros, junto al andén 2.Cuando frenaron, el tren ya estaba detenido. Una ligera vibración recorría los raíles. Iván y Carlos descendieron con sigilo y se dirigieron hacia el carrito de helados blanco y rojo que Anthony había dejado estratégicamente cerca de las vías del tren.La música de campanillas del altavoz parecía un eco burlón en aquel pasillo semioscuro.Iván apartó la lona que cu
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CAPÍTULO 143. Su juego macabro.
Capítulo 143Su juego macabro. El coche negro avanzó por la avenida desierta; el rugido del motor retumbaba en los muros de ladrillo, acompasado al latido del corazón de Alessia. Anthony conducía con calma glacial, una mano en el volante, la otra aún sujetando el mando que controlaba el dron. Alessia, con la venda cubriéndole los ojos, palpaba el asiento de cuero, sintiendo cada costura como un surco vertical en su piel. Su respiración era contenida, como si temiera que un solo suspiro delatara su terror.—¿A dónde me llevas? —preguntó ella en un hilo de voz, la garganta seca.Anthony no respondió. Apenas ladeó el rostro para susurrarle, su aliento olía menta y tabaco.—Paciencia —murmuró—. Ya lo verás.El coche se detuvo con un chirrido de frenos, y la puerta del acompañante se abrió. Sintió el peso de una mano que la bajaba con suavidad forzada. Luego, el golpe sordo de la puerta al cerrarse y el paso firme de Anthony alejándose. Un instante de vértigo antes de que la venda le fue
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CAPÍTULO 144. Entre estrellas y promesas.
Capítulo 144 Entre estrellas y promesas.El sol comenzaba a esconderse tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados, rosados y anaranjados. La isla que habían elegido para sus vacaciones era un rincón apartado del mundo, un pedazo de paraíso donde el mar era de un azul turquesa que parecía irreal, y la brisa olía a sal y a flores tropicales.Leonard observó a Lizzy correr por la orilla con un cubo lleno de conchas marinas, sus risas elevándose como campanitas felices. A su lado, Nadia sostenía con delicadeza a Luna, que con apenas cinco meses observaba el entorno con una mezcla de curiosidad y somnolencia. Nadia le hablaba con dulzura, mientras le mecía suavemente en brazos.—Mira eso —dijo Alessia, acercándose a Leonard, su voz baja y cálida—. ¿No es hermoso?Leonard la miró. No se refería al mar, ni a la playa, sino a su pequeña familia. Asintió, pasándole un brazo por la cintura y besándole la sien. —Es más de lo que alguna vez soñé tener —susurró.Alessia lo miró de lado
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