Los otros trabajadores que habían estado buscando al niño, también se quedaron en silencio, a pesar de que sabían los métodos de disciplina del dueño, pero todos aquí necesitaban el dinero que ganaban en este trabajo.Mia se queda sin saber que decir o hacer y baja la cabeza.— Entonces ustedes pueden preguntárselo a la camarera Mia, todavía tengo invitados que entretener, así que no los interrumpiré. — Susurró el dueño del bar, queriendo evadir su responsabilidad, se estaba marchando.— Detente, idiota ¿Estás planeando engañarnos? M*****a sea, ¿es esto lo que dijiste que nadie ha estado aquí durante mucho tiempo? ¿Tienes un deseo de morir escondiendo a mi sobrino? — Santiago volvió la cabeza, lo siguió y lo agarró por el cuello y trató de luchar.— Santiago, lleva a Liam a casa. — Ordenó Dante.— Pero papá, quiero estar con Mia, me salvó, me contó algunas historias divertidas ¡me cae bien! — Replicó el niño sin moverse, por alguna extraña razón no quería separarse de Mía, ella tenía
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