El hombre palideció, pero no soltó el vaso. —¿Quién eres? —interrogó y se quedó viéndolo con atención. El hombre guardó silencio, tragó grueso, nervioso, porque sabía que ese individuo junto a él, no era fácil engañar, y así fue, pese a estar disfrazado con una barba, Conrado se quedó viéndolo y u
Leer más