El fabuloso Pierre, se conducen por los pasillos de la constructora, con el donaire que lo caracteriza. Llega, acuciosamente a Presidencia y lo recibe, la simpática Angelique. —Buen día señor, ¿en qué puedo ayudarlo? —Buen día joven, necesito hablar con la licenciada Tatiana Lagos. —Espere un momento, enseguida lo anunció. —Mi nombre es Pierre Pinott—se presenta Pierre enseguida. —Descuide, que sé quién es usted—Pierre bosqueja, una sutil sonrisa es conocido por todos, gracias a la prensa del corazón. Acciona Angelique el teléfono, para comunicarle a Tatiana: —Tatiana, te busca el señor Pinott. —Hazlo pasar por favor. —Adelante señor. —Gracias. Entra a la oficina de Tatiana y cierra ágilmente la puerta, la mira con mucha seriedad. Se levanta Tatiana y se le acerca: —¿Vienes a recriminarme? Ya me enteré, que Erick es tu hijo—manifiesta Tatiana velozmente. —Yo también me enteré, que eres la nueva propietaria legal, de esta constructora y accionista mayoritaria—apunta Pierre

Ingresa Tatiana, en las instalaciones de la constructora DiNozzo, para conversar con Aníbal y con los demás, ya a su padre lo había alertado, de sus futuros planes. Esteban, está más que feliz con la grata noticia, sin embargo, no puede celebrar junto con ellos, ya que se tomó unos días de descanso, para pasarlo en compañía de su amada esposa, quién continua muy afligida, porque su niña se fue de casa. Ja, ja, ja, estos padres sobreprotectores, pero muy amorosos de la dulce Tatiana. Percibe a la distancia, la complicidad que existe, entre Mara, Marlon y Aníbal, de inmediato sonríe al verlos tan contentos. Rueda la mirada y se remonta, a los agradables momentos vividos en el pasado en esa compañía, cuando aún vivía Salvatore DiNozzo y se llena de nostalgia. Se aproxima Tatiana y hace contacto visual, enseguida con Marlon. Y juntos bosquejan, una gran sonrisa. —Hola a todos—señala Tatiana. —Tati amiga estás muy bonita, vaya qué cambio—se maravilla Mara al verla. —Tatiana siempre fue

Mansión DiNozzo. —Me opongo rotundamente, a que esa fea entre a ésta familia. Que se ha creído Marlon, debe de estar delirando. Jamás permitiré, que un hijo mío emparente con la gentuza, eso sí que eso—menciona Mónica con arrogancia. —Y lo peor madre, que según está embarazada de él—continua Erick, echando sal a la herida, en el fondo está muy resentido, con toda está situación y se siente, desplazado del corazón de Tatiana. —Juro que mataré a Marlon cuando lo vea, como pudo embarazar, a esa horrenda mujer, seguro la muy astuta lo hizo a propósito, para engatusar al sonso de tu hermano. —Ni tan fea mamá, Tatiana a cambiando—indica Erick con gracia. —Me importa un rábano su nueva apariencia, aunque la mona se vista de seda, mona se queda hijo—apunta Mónica desmesuradamente. —Bueno madre, ya vine a alertarte de cómo estás las cosas—señala Erick. ¿O realmente fue con el chisme? Erick vaya que, si se las trae, es muy bueno para encender la hoguera. —Tatiana Lagos, se va arrepentir

Se encuentran Tatiana y Pierre, en el apartamento de ella. Quiere pedirle un poco de comprensión para Erick. —Tati hija, quiero pedirte como padre, que le permitas a Erick, algunas mañanas libres, para que vaya a sus terapias psicológicas. —Ja, ja, ja—se carcajea desmesuradamente Tatiana y Pierre, la mira con seriedad—Lo siento. —Quiero ayudar a mi hijo a cambiar y quiero, hacer de él un hombre de bien. —Una cosa, es lo que tú quieras y otra, es lo que piensa Erick realmente—manifiesta Tatiana. —Cuando mi nieto nazca, me comprenderás. Uno como padre, es capaz de todo por sus hijos. —Te entiendo ¿Y Pierre no piensas casarte? —Te confieso algo linda, conocí a una mujer maravillosa algo joven, pero emprendedora, aguerrida y de buen corazón—señala Pierre ¿Estará hablando de Larissa? —¿Quién es la afortunada? —Pronto lo sabrás. Todavía sigues, con la idea de casarte con Marlon. —Si Pierre, ya no hay vuelta atrás, le di mi palabra a Marlon. —¿Lo amas? —Con el tiempo, lo haré eso

Días después... Mansión DiNozzo. Mónica no quiere salir de su habitación, ha hecho todo un drama, por la boda de Marlon con Tatiana, a la que se opone rotundamente. No hay poder humano, que la haga salir de su cama, según ella está muy deprimida. —Mamá por favor, abre la puerta. Tenemos que hablar—apunta Marlon, buscando la forma de conciliar con ella. —Vete Marlon no tengo, absolutamente nada que hablar contigo. —Mamá ábreme, hablemos te lo ruego. —Te dije que no Marlon, no insistas—sigue firme con su postura. —Rayos—musita el buen Marlon. Y se retira a la que era su habitación. Había quedado con su hermano Aníbal, para irse juntos hasta el registro civil. Por otra parte, Erick casualmente se encuentra en la mansión y se cruza con Marlon, pero esta vez no lo fastidia, lo mira con más serenidad —Erick—musita tenuemente Marlon y se aleja de él. —Espera Marlon—lo detiene—realmente te deseo lo mejor. —¿Hablas en serio? —se sorprende Marlon velozmente. —Si hermano, poco a poco