Capítulo 61. Una fiesta de cumpleañosNarra David De María RamírezSabadelle y yo, seguíamos usando a Altagracia como nuestra esclava sexual todos los días y yo me estaba estabilizando un poco de lo de Alondra, ya no estaba pensando tanto en ella, pero como siempre algo tenía que venir a joder esa calma y esa paz que me pasaba cuando estaba con ella.–De María, hoy no dormiremos en Madrid, nos iremos a Alcalá de Henares, así que deja las cosas de tu mochila y vámonos – Me dijo Sabadelle – Por favor, que llevaremos con nosotros a Altagracia para que conozca, hemos estado aquí estancados.Eso estaba bien para despejarme un poco más, y ya terminar esta etapa tan agobiante en la que me había sumido, solo que por alguna razón, las cosas se tenían que verificar primero, no me quería pasar allá otra vez de malas, por culpa de mi ex amiga, Romina.–Sí, David, quiero lucirme paseando contigo de la mano por todos los lugares que podamos recorrer juntos – Dijo Altagracia muy emocionada – Me muer

Capítulo 63. Un chico muy arriesgadoNarra Alondra Ferreyra PérezEscuché a Daniel hablarme a lo lejos e intuí que estaba soñando, pero no era así, no soñaba, él en realidad me estaba despertando con esa ternura única que yo creía que solo mi güero, mi David poseía. Daniel es maravilloso y yo, no podía dejar de estar con él por miedo, eso pensaba entre sueños cuando lo sentí besando mis labios.–Mi hermosa Alondra, me encantas, despierta por favor – Daniel me abrazaba y me daba besos muy suaves – Tienes que ir al Tec.Estaba entre sueño, me parecía lo más dulce que me estaba pasando, pero su voz ya se escuchaba más cerca por lo que mejor reaccionaba para despertarme del todo, ese siempre iba a ser un problema.–Hola Danielito – Respondí a sus besos – Gracias por despertarme y por traerme café.El delicioso aroma inundó mis fosas nasales, haciendo que reaccionara un poco más, tenía que despertar, no debía faltar a ninguna de mis clases, era lo que siempre me repetía, mis estudios son l

Capítulo 65. Aquellos momentos tan felicesNarra David De María RamírezEsa noche del cumpleaños de Jovana, me fui de Alcalá de Henares con destino a Madrid, no quise volver al piso y regresé al piso de las escapadas. Quería recordar y llorar a gusto y en paz, sin que nadie me dijera nada por la única mujer a la que amaba, con cada fibra de mi ser, con cada latido de mi corazón, con cada pensamiento de mi mente. Subí a la buhardilla y cerré los ojos, abracé un cojín que guardaba aún su aroma y aspiré profundamente para sentirla junto a mí y así sucedió.–Alondra, mi amor, mi vida, mi consentida – Le dije al verla junto a mí, acostada en la cama – Has venido tú sola a Madrid para que volvamos y eso quiero, volver a tu lado, te amo, no te alejes nunca más, te necesito aquí conmigo.Ya no podía seguir luchando contra esto, yo la amaba y la seguiría amando por el resto de nuestras vidas, podían entrar todas las mujeres en mi vida y mi consentida siempre iba a permanecer en mi corazón, don

Capítulo 67. Verdad o retoNarra Alondra Ferreyra PérezMi vida iba mejorando poco a poco para bien, habían pasado ya tres meses desde que David y yo no estábamos juntos y aunque seguía siendo muy adicta al alcohol y tomaba casi todas las noches, lo cierto era que en los dos meses que he estado saliendo con Daniel era como si de nuevo estuviera saliendo el sol para mí. Me gustaba mucho ese hombre, al grado de volverme loca y lo deseaba sin medida.–Alondra, te la pasas muy concentrada queriendo hacer funcionar a ese clásico – Se reía Simone – Aunque eso es bueno, eso es muy original y a como veo que eres tú, no quieres tener un auto igual al de nadie.Esta era una oportunidad que no debía dejar pasar, no me importaba cuanto tiempo o cuando dinero le invertía al auto, habían sido muy descuidados al dejarlo así tirado al olvido, por tanto tiempo, pero esto iba a ser pan comido para mí.–Tienes toda la razón Simone, además hoy tengo poco tiempo – Confesé – Es el cumpleaños de mi hermana

Capítulo 69. El último adiós, parte 1Narra David De María RamírezExtrañaba a Alondra con todas las fuerzas de mis sentimientos, con cada parte de mi ser y con cada latido de mi corazón que pronunciaba su nombre y con cada parte de mi ser que la reclamaba como mía, aun sin estar con ella. Me dolía el alma al no poder estar con ella, al no poder seguir a su lado. Dolía tanto que cada día era un martirio nuevo para mí, por no estar con el amor de mi vida y eso tenía muy molesto a mi colega, más esa noche que estábamos por despedir a Altagracia.–Colega, no puedes seguir en esa depresión – Me regañó Sabadelle – Simplemente no puedes. Tenemos que darle con todo a nuestra última noche con Altagracia.Efectivamente, era lo que yo había pensado, para que ella se fuera bien follada de España, para que se llevara un buen recuerdo de nosotros dos, para que recordara lo bien que la habíamos tratado, para que se fuera con gusto.–Sí, eso sería lo mejor – Admití – Darle duro con Altagracia, pero