Milano siguió conduciendo, mirándome:"¿Hay sangre en tu brazo?"- Yo caí...“Eso se ve feo."Y duele mucho".La luz interior del vehículo seguía encendida. Lo miré, cabello rubio sin cortar, ojos azules, brazos fuertes, barba limpia."En caso de que estés pensando en violarme, quiero que sepas que tengo una enfermedad de transmisión sexual", le dije a toda prisa, el miedo se hizo cargo tardíamente.El hombre se rió, sin mirarme.“No la violaré. Y ten por seguro que esta decisión se tomó enteramente en base a lo que me acabas de decir. Coger una ETS me asustaría mucho.Yo también me reí, sacudiendo la cabeza."Está bien, fui ridículo ... Pero te tengo miedo", le confesé.- No tenga. Soy un buen hombre, Merliah. Pero curiosidad por saber qué hace aquí, de madrugada, con esta maleta y la ropa en este estado. Parece que ya la violaron.Respiré hondo y no pude controlar el llanto."¿Quieres decirme lo que pasó?" - le preguntó.“No estoy llorando por el dolor en mis codos. Es solo que cono

No estoy seguro de cuánto tiempo me quedé en la oscuridad sin sentir sueño. Porque a pesar de lo cansada que estaba, no solía dormir a esa hora. Mi reloj biológico no era como el de la mayoría de la gente.Observé el movimiento de la cortina con el viento de la playa y me pregunté si Chain estaría durmiendo en la habitación del frente o al lado de Jadis , a quien conocía como Cristal.Me lo imaginé besándola, sus lenguas juntas, intercambiando saliva... Su mano sobre su piel... Cristal con las piernas separadas, completamente desnuda, acogiendo su cuerpo junto al de ella... Entonces sentí lágrimas brotar de mis ojos. , incluso sin querer.Respiré hondo y me levanté. Tenía que ver por mí mismo si no estaban juntos. Y si me asegurara de hacerlo, ¿qué haría? ¿Te escaparías de nuevo, como una niña ingenua y celosa?Caminé por el pasillo lentamente para no hacer ruido. Una luz tenue procedía de los pequeños candelabros empotrados en las paredes. Me detuve frente al primer dormitorio y abrí

— Yo… no entiendo… ¿A qué te refieres con comprar un lugar… Sería un edificio nuevo para el burdel? - Sí. "¿A cambio... de casarme contigo?" “Estaba aturdido. - Exactamente. Realmente no hablamos de amor. Al menos no de su parte. “¿Por qué necesitas casarte conmigo, Chain? No lo necesito, Liah. Yo quiero. "Juega limpio, por favor... Entonces puedo pensar en la posibilidad de tomar en cuenta tu solicitud". “Yo… no puedo darte muchos detalles, Liah. Pero necesito casarme. Bien, ahora las cosas se me estaban aclarando. Realmente no involucraba sentimientos, sino algún tipo de contrato o algo así. El “debe” casarse no dejaba lugar a dudas. Podría ser yo, o cualquier otra mujer siendo la Sra. Chamalet. “Necesito respuestas más concretas. Después de todo... No es una boda real, ¿verdad? “Sí, sería una boda de verdad. Pero... Con fecha límite para terminar. — ¿Fecha límite para terminar? ¿Un contrato? “Sí, un contrato. — ¿Qué obtendría? ¿Una propiedad para que mi madre y mi abue

"Pero tienes un trabajo y un hogar permanente", argumenté. Ella sonrió con tristeza: “Trabajo en un burdel, Liah. — Y vive en un hotel. Y eso debería contar. La mujer quería destruirnos de la nada. No entiendo... Necesito hablar con la abuela. - Me estaba poniendo las bragas, los jeans y la camisa que Chain había recogido para mí. “No fue de la nada, Liah. Su marido murió aquí. Y ella podría pensar que hicimos algo. Me acerqué a Davina y la tomé por los hombros, mirándola a los ojos. — Vamos a recuperar a Diogo, ¿entendido? Ella asintió y luego la abracé con fuerza. Quería dejarla en paz, pero no lo estaba. Todo parecía mentira. De una hora a otra todo empezó a caer sobre nuestras cabezas. Y nada más funcionó. “Ahora necesitas descansar. De nada sirve dar vueltas sin tener información concreta. — ¡Mi hijo está solo, lejos de mí, carajo! - gritó. “Él no está solo, Davina. Alguien está con él. Y ellos son los responsables de la salud e integridad de nuestro chico. Que Janaína l

“Está bien, Liah, si eso es lo que quieres, el contrato establecerá que no tendrás que tener sexo conmigo a menos que quieras.- No quiero.— No renuncio al término “a menos que quieras”. Si no, no hay contrato.— Póntelo... No lo querré.“Hay una trampa más.- ¿Otro? — Me sorprendió el comentario.— Nos obligan a dormir en la misma cama.Me reí de asombro:"¿Cómo puedes ser tan idiota?"Hablo en serio, Liah."¿También tengo que hacerte mamadas todas las mañanas?" Por cierto, ¿esto es sexo o juego previo? ¿Estará en el contrato? ¿Parezco una bestia, por casualidad? ¿Por qué juegas conmigo así, Chamalet? Mi abuela, que es la persona que más quiero en el mundo, está en este hospital por todos los problemas que nos han pasado. ¿Y tratas de llevarme a la cama a toda costa? ¿No es suficiente el jodido contrato?Me levanté, furioso. Me agarró del brazo, obligándome a mirarlo.- No estoy bromeando contigo. Y... no quise entrar en tantos detalles sobre lo que me está pasando. Pero vamos... No