PERDON CON SABOR A FUEGOERICKAprende a ser humilde para aceptar tus errores, y valiente para jamás volver a cometerlos dijo una vez el tal Paco Zambrano, hoy lo entiendo, no aceptando el ser humilde porque mi egoísmo no me lo permite pero si sé que me equivoque con respecto a decirle toda la verdad sobre mí a Alessia, pero siendo honesto jamás pensé que para ella fuera tan importante saber esas cosas de mí, y ahora siento la maldita necesidad de ir a buscarla y explicarle las cosas y el estúpido sentimiento de culpabilidad me abarca y no entiendo porque mierdas es.Ya pasaron dos horas desde que se enteró de quien era yo realmente, quise decirle que no era para tanto que lo dejara pasar que no importaba y no importa quién soy, pero las mujeres a veces son tan dramáticas que no quise ponerla más histérica. La verdad no le mentí en todo, si soy un empresario de renombre, tengo hoteles, restaurantes, y algunas empresas, pero también está mi lado oscuro, trafico armas y drogas, tengo al

EL ENEMIGOERICKVuelvo añicos todos los vasos de cristal que yacían en el mini bar lanzándolos de un golpe fuerte al suelo, soy un estúpido de mierda con el ego por las nubes, agarro una botella de black label dándole un trago largo y luego también lo lanzo fuerte contra la pared haciendo que el líquido manche la pequeña alfombra y se llene de vidrios rotos.-¡Erick! – El grito que se escucha a lo lejos en la planta baja me pone alerta – ¡ERICK! – vuelven a gritar y entonces capto la voz de mi hermano.-Erick, maldita sea cabron ¿Dónde te metiste? – Maldice pero yo no quiero ver a nadie ahora que me siento raro – ¡Erick!-Perro – digo murmurando.Camino solo en bóxer hacia la puerta, abro y veo a Alexander en un pésimo estado, la camisa manchada de sangre que claramente no le pertenece, el pantalón lo trae sucio como si se hubiera revolcado en la tierra, el cabello revuelto y en su labio un hilo de sangre.-¿Qué carajos? – Suelta Alexander y yo frunzo el ceño – te has hecho una paja

LA MASCARA DEL ENEMIGOALESSIAEl rojo vino me queda divino, el vestido se amolda a mi figura dándome ese toque elegante que Erick tanto quiere ver en mi cuerpo. El hombre no permitió que pagara yo mi vestido simplemente me dio su tarjeta y la orden de comprarme el que yo quisiera y el que más le gustara a él o el que más le permitiera el mejor acceso a esos lugares prohibidos.Y ahora aquí estoy, parada frente al espejo viéndome como toda una diosa, Isabel tiene razón soy una maldita diosa provocadora, el escote profundo que tiene el vestido de seda le da una hermosa vista a una parte de mis pechos, una abertura en un muslo deja ver mi pierna bien definida, el hermoso diseño en la parte trasera deja ver la piel de mi espalda y los finos tirantes de brillantes le dan el toque de glamour al atuendo, quizás no esté tan elegante como quieren pero si estoy malditamente buena y con eso basta.-Señora – entra Doménico el estilista con una caja mediana y una de terciopelo pequeña en sus mano

VERDUGOALESSIAEl viento sopla sobre el hermoso mar frente a mí, el hermoso vestido blanco que traigo puesto se ondea como una bandera y la suavidad de la arena la siento en la piel de mis pies, sonrío porque sé que aquí soy feliz como nunca lo he sido.Sonrío mientras empiezo a correr por todo el lugar dando pequeños saltos como una niña, elevando las manos hacia arriba y gritando de la felicidad, gritando con fuerza lo libre que me siento. Llego a un punto de la pequeña isla en donde solo veo una silueta grande dándome la espalda, un fuerte palpito se toma mi pecho cuando me doy cuenta que reconozco esa espalda ancha y esa figura alta, camino en su dirección con el corazón acelerado y a pasos apresurados pero en cada paso que doy siento como el cuerpo del hombre que me da la espalda se empieza a alejar.Empiezo a correr para intentar alcanzarlo pero me detengo de golpe frente a un charco de sangre sobre la suavidad de la arena, mi respiración esta agitada, mi pecho sube y baja desc

INFIERNOERICK-Mátalo – anima Fabrizio a la par mía – dale ya su cristiana muerte, no nos sirve de nada.Le hago caso a mi amigo y con la hoja afilada de mi daga rebano el cuello del hombre que tengo de rodillas frente a mí, su cuerpo cae en medio de un pequeño charco de sangre con los ojos abiertos viendo a la nada.Es una verdadera lástima que no colaboren y prefieran su suicidio antes de soltar la lengua.Últimamente he estado muy desesperado, las ansias de prenderle fuego a todo me están consumiendo, perdí tiempo con ella, arruine el momento que pudimos tener por mi calentura y mi estupidez juntas.Si algo le pasa, no me lo voy a perdonar nunca.-¿Que me tienes? – le pregunto a Fabrizio que esta con su iPad en la mano – tiene que haber algo – limpio la sangre de mi daga con un pañuelo negro el cual dejo caer al suelo.-Si – afirma sin apartar la vista del aparato – pero rastrearla está siendo complicado, parece que está en un lugar donde la señal no llega bien.-¡Complicados mis