Querida madreLe escribo esta misiva para comunicarle la situación de nuestra familia desde su partida.Siento no haberla acogido en ml casa, mi esposo me lo prohibió pero ahora el mismo ha traído a su madre a vivir con nosotros, creo que me equivoqué al elegirlo no era ni tan bueno ni tan noble como aparentaba.En unos meses me convertiré en madre, me encantaría que pudieras venir a visitarnos. Mis hermanos Joan y Frederic se encuentran bien, se dice que están cortejando a sendas damas cuyas dotes son más que cuantiosas.Philip es harina de otro costal, después de repudiar a su esposa se casó con la cortesana, esa mujer es el diablo echo mujer, están dilapidando la fortuna que tanto le costó amasar a padre, y se escuchan rumores de que sus deudas son cuantiosas. Se escucha que culpan a padre de dejarlo sin nada y solo con muchas deudas.Yo sé que no es así, pero no puede reconocer la verdad. Creo que se ha dado cuenta de su error al elegir a esa mujer, pero es tan orgulloso que nunc

- Levantate, no te humilles así! tu no te mereces esto. Eres una dama- dice y me levanta del suelo. - No soy una dama, naci pobre, pero mi hermana mayor se casó con un Duque, mi padre guardo la dote que le dio por mi hermana para que mi hermana pequeña y yo pudiéramos casarnos bien, fui egoísta y caprichosa... Quería ser alguien importante y respetada, monte un escándalo y Philip se vio obligado a casarse conmigo. Me arrepiento tanto de aquello, solo quiero volver a tener una vida tranquila, no pretendo nada más. Ya he pagado con creces mi arrogancia.- - Todos cometemos errores, no te juzgo por ello y ahora si, no me interrumpas, no te venderé esa propiedad porque la tierra no es buena, si lo deseas cuando tus pies estén curados miraremos otras tierras. Segundo hasta que tus pies no estén curados y tu salud no halla mejorado vivirás aquí.- - Pero tu esposa que pensara? No puedo quedarme aquí, podría dañar tu reputación. Además de momento tengo un techo y unos animales que atender,

He de decir que el baño a sido muy agradable aunque no muy cómodo porque no he podido mojar mis pies, la chica del servicio me ha cepillado el pelo con suavidad, no le he puesto ninguna pega, hoy me he dejado mimar y consentir.Por una vez no me voy a acostumbrar, además dentro de unos días volveré s mi vida normal. Me ha puesto el vestido blanco y me ayudó también a ponerme las zapatillas, me ha trenzado una parte del cabello y lo demás suelto, al ser soltera puedo llevar mi pelo suelto. También me ha puesto un poco de polvos en el rostro para disimular mi morado.Me miro en el espejo y el reflejo no me desagrada mi pelo rubio y rizado mis ojos verdes y piel pálida no se ven tan mal. Recuerdo a mis hermanas Alessandra pelirroja como mamá, yo rubia y Mariam castaña como papá, tan diferentes y tan parecidas a la vez.Bajo las escaleras y me dirijo al comedor, gracias al ungüento mis pies duelen un poco menos, sin poder evitarlo miro a todos los lados buscando esos ojos grises, recuerdo

— ¡Qué haces aquí me ha asustado!— — Es que no puedo venir a ver a mi prometida acaso.— — Armand tú y yo no estamos prometidos, ni siquiera me estás cortejando— — Mmm... Para lo primero falta poco y lo segundo, no sabía que querías ser cortejada — — Se que no es correcto que te invite a entrar pero tampoco es como si hubiera alguien cerca para hundir más mi reputación si cabe.— Pasamos a la casa, le pido que tome asiento y busco algo para ofrecer, encuentro una botella de licor, no sé si esto con el tiempo mejora o por el contrario se estropea.- Tengo esto, o agua del pozo, siento no poder ofrecer más pero las cosas no han estado marchando bien últimamente.- — No necesito nada, solo deseaba verte. ¿Qué es lo que ha pasado en estas dos semanas?— No estoy seguro de decírselo, se que seguirá interviniendo pero por otra parte el me ha dado confianza y si lo consigue algún día será mi esposo.— Por donde empiezo...— comienzo a limpiar la casa mientras hablo con él.— La vaca ha mue

- Buenos días su majestad- dice Armand haciendo una reverencia, cosa que imitó, también mantengo la cabeza agachada.- Armand dejemos por un momento los formalismos, hoy estoy de buen humor, nos conocemos desde niños y mi esposa hoy me dió la mejor de las noticias en unos meses conoceré la dicha de tener a mi primer hijo. Ahora vamos dime a qué tanta premura.- - Luis, te presento a Micaela, ella es de la que te he hablado.- El rey tiende su mano, yo la beso y vuelvo a hacer una reverencia.- No me habías dicho que fuera tan bella la joven española, no entiendo que con una mujer tan bella ese estúpido halla osado repudiarla.- - Tengo todos los documentos y pruebas que acreditan que la señorita no abandono la casa en ningún momento de su matrimonio y si lo hizo siempre fue acompañada de su suegra o cuñada, también tengo testigos que declaran ser conocedores de la relación del marqués con su actual esposa, mientras estaban casados. También está el tema de la apropiación de la compensa