Mateo me mira serio y poco a poco se va dibujando una sonrisa en sus labios. — Lo sabía mami me lo lijo — dice mi sobrino sonrojado.— ¿Mami te lo dijo? — le pregunto sorprendido— Si me lijo que tú me quelias y que nani también me quelia y que usteles se quelian muto y se iban a dal besitos — me habla sonriendo. Yo respondo su sonrisa cuando lo escuchó, porque le creó, eso fue lo que susurro Alana en mi sueño "es la indicada, amala y amalo a él, no dejes escapar la felicidad..." te escuche hermanita, y voy hacerte caso.Miro a Hannah que está llorando, y le guiño un ojo para tranquilizarla, vuelvo a colocar mi atención en Mateo. — Ent

Alec No me gusta dejar a Hannah sola, pero sé que ella puede con esto, confió plenamente en ella, jamás pensé que mi confianza en los demás regresaría, estos meses me centre en mi depresión, en ver todo negro, pero Hannah y Mateo han cambiado eso, perder a mi hermana, es lo más doloroso que me ha pasado, pero la vida sigue, y la mejor manera de honrarla es amando y haciendo feliz a su hijo, y eso es lo que haré el resto de mi vida.Entro al cuarto de mateo y lo observo dormir, esta tan relajado, como han cambiado las cosas para él, ahora duerme en un cuarto verdadero, con las paredes de un cálido color azul, con juguetes, fotos, su espacio, en una casa donde es amado, con tíos nuevos, con un primo y mejor amigo, parece que han pasa

Hannah Corro de un lado a otro acomodando los últimos detalles, todo debe estar perfecto, el merece lo mejor, siempre lo mejor. Los globos en su sitio, los mesoneros, la comida, los regalos, los invitados ya están sentados conversando y bebiendo, miro mi reloj y son las 4:00pm deben estar por llegar, reviso mi celular y es un mensaje de Alec. Amor ya recogí al cuchufleto, estamos allí en 5 minutos.   — ¡Están llegando a sus posiciones! Alexia ven aquí — mi pequeña rubia corre hacia mi y la tomo en brazos. Se escucha el auto en la entrada y como Alec y Mateo caminan hacia nosotros. *Flashback*   — Nena ven, quiero que veas este álbum de fotos es Alexia embarazada de Mateo — Me pongo de pie y dejo a Mateo viendo televisión

Hannah Inhalo y exhalo profundamente, ya estoy vestida, peinada y maquillada, miro mi reflejo en el espejo y no me lo creo, a llegado el día, hoy me caso con el amor de mi vida, si hace unos meses alguien me hubiera dicho que me casaría, no le hubiera hecho el mas mínimo caso, después de tantos años fotografiando las bodas de los demás y después de tantos fracasos amorosos, creo que había perdido las esperanzas, pero aquí estoy con este precioso vestido blanco, esperando que me indiquen que ya puedo salir y hacer mi marcha nupcial, caminar por ese pasillo lleno de rosas blancas hacia mi amor, para decirle que si, que acepto por el resto de mi vida y de mis otras vidas también, si es que eso de la reencarnación existe; tocan a la puerta. — Hola hija, ya todo esta listo cuando quieras podemos empezar.mi padre asoma su cabeza por la puerta y me informa.— Estoy lista papito, hagamoslo.— Esa es mi nena — se acerca a mi y me planta un beso en la frente, tom

Mateo   Y ahí va caminando, otra cita a ciegas que sale mal, mi madre me dice que no me desespere, pero ya tengo 26 años, a mi edad ellos ya estaban casados; siento que los años pasan y no encuentro eso que ellos tienen, comienzo a preguntarme si el amor es para mi. Bebo lo queda de mi café y me levanto de la mesa, salgo del establecimiento y camino en direccion al estacionamiento, voy haciendo una lista mentalmente de lo que debo hacer hoy; al final estudie fotografia como mi madre, ahora me encargo del estudio, mi madre y mi tia aun trabajan alli, pero ya andan viejas y presozas, asi que la gran parte del trabajo la hago yo, eso si, los bebes y las bodas son lo de ellas, a mi de verdad que ni me paguen millones, no tengo pasiencia para los niños y solo de pensar en una boda vomito, quizas por eso es que no me enamoro, las bodas me gustan lo mismo que el heavy metal, es decir nada, de nada. Subo al auto, coloco musica y acelero,