Melisa se despertó y eran las ocho de la mañana, se sorprendió al ver el reloj y darse cuenta de que se habia quedado dormida por tanto tiempo, aunque comprendió que su extraño sueño la había desvelado, rápidamente se fue a duchar con agua tibia y sin lavarse el cabello puesto que pensaba salir y esta mañana parecía un poco más fría que las anteriores, se vistió utilizando un pantalón deportivo holgado de tela gruesa y oscura, con una ligera franela de algodón y sobre este, un abrigo, peino su cabello y se colocó sobre él un gorro tejido perfecto para cubrirla del frío y para sus manos buscó unos guantes qué se pondría al salir de ser necesario, se maquillo ligeramente utilizando un poco de polvo compacto y brillo labial, tomó su celular y salió para encontrarse con Douglas. Cuándo Melisa salió, la calle estaba un poco transitada, había un hermoso auto en la calle de enfrente estacionado, Melisa suspiro al verlo, era un hermoso Lamborghini plateado, todo un sueño, lo miro y

Narrador. Se fue Melisa hacia el taller y cuando iba llegando se dio cuenta que al frente de éste seguía estacionado el mismo Lamborghini que había visto en la mañana, pero además junto a éste había otro Lamborghini de otro modelo y otro color, en ese mismo momento se percató de que estaba entrando en el taller un gran camión que descargaba otros dos Lamborghinis de modelos diferentes y diferentes colores. Hasta hace unos días, en sus veinte años de vida jamás había visto en persona un Lamborghini y este día está viendo no uno sino cuatro de diferentes modelos de los más caros que existen en el mundo (Lamborghini Sian Roadster, Lamborghini veneno, Lamborghini diablo GT y Lamborghini mansory carbonado GT), tan solo con un carro de esos en su país si ella lo vendiera se compraría una linda casa y en una buena zona, un auto y le quedaría tal vez para amoblar la casa, hacer mercado, comprar ropa y salir de paseo, le pareció una locura la disparidad de este mundo, con el

Narrador. Melisa observa atentamente a Albert, esperando a que este le diga que es Dante quien llama, porque en su corazón no puede ser más nadie sino su padre quien está al teléfono. Albert se percató de la mirada ansiosa que tenía Alejandro (Melisa) y de alguna manera le pareció un tanto grosero que el joven estuviese pendiente de su conversación, aunque intuyo qué tal vez esperaba una llamada ya que estás solo en ese país, y hasta donde él sabe, hasta los momentos no ha hecho ningún contacto con su familia. Albert se dirigió a la persona que hablaba con él a través del teléfono. - Un momento por favor- dijo tapó la bocina y luego se dirigió a Melisa. - Necesito que porfavor salgas de mi oficina ya que estoy en una llamada privada.Mel asintió, se dio media vuelta, se marchó en dirección a su habitación, se sentía frustrada y también molesta ¿cuánto tiempo más tenía que pasar para que su familiar contactara con ella?, las veces que ha lla

Narrador.- No sabía que eras Melisa he debido tratarte mejor- le dijo Albert mientras tenía su mano en el hombro de la joven y la miraba con culpa.Melisa lo mira con asombro y lágrimas caen de sus ojos.- ¿Era mi padre?Fue lo que logró decir con su voz temblorosa, Albert mirándola fijamente asintió con la cabeza y Melisa comenzó a llorar nuevamente.- Por favor dígame que mi padre está bien.- Lo está- responde Albert- te ama y se preocupa por ti- hace una pausa y se para frente a la chica que acaba de levantarse del suelo - ya sé todo, él me lo ha contado y quiero que sepas que haré lo que está a mi alcance para ayudarte.Melisa le respondió a Albert con una pequeña sonrisa pero su mirada demostraba nostalgia y a la vez agradecimiento, Albert podía entender muy bien lo que la chica sentía y tuvo cier

Narrador Melisa después de mirar los vehículos y de haber averiguado un poco más acerca de su funcionamiento decidió elaborar un plan por escrito acerca de las posibles mejoras, aunque nunca tuvo en sus manos un auto tan perfecto y nuevo en todos los aspectos, estuvo por un rato sentada en un banco dibujando y escribiendo en un gran mesón, ella no solamente tiene experiencia con las refacciones y modificaciones automovilísticas, sino que también sabe hacer hermosos gráficos a mano alzada en papel y en el vehículo, también tiene experiencia utilizando diferentes etiquetas, moldes y plantillas, y hace pocos meses había aprendido a cubrir los autos con un laminado especial, parecía un papel que con el uso del calor se moldea y cubre el auto de forma tal que parece recién pintado. Melisa había pasado casi toda su vida en un taller mecánico, así que había asistido a exposiciones, conferencias, talleres, había visto programas y tomado cursos incluso por internet, pertenecí