Capítulo 41Deficiencias en la seguridad  -Ahora que aclaramos un punto, sé que tiene muchos puntos más, y ya que estas aquí, me gustaría mostrarte la parte operativa, en lo personal siento que es el corazón de la compañía. ¡Riin, riin! Atsushi mira su identificador y antes de contestar se disculpa con Kano, pero sin levantarse. Kano lo observa con atención. - “Dime Marcus” - “¡Señor!, los hombres de Liam encontraron al que distribuyo el medicamento que afecto al conductor del Camión…” - “Excelente, interróguenlo, puede usar el método que consideren prudente. Para que hable”- Dice mientras se sienta erguido. - “¡Señor! Me temo que no se va a poder, el hombre cay&oa

-Bueno como traje mi auto, una de estas hermosas mujeres ira conmigo- Dice Sergio con mucho orgullo. -Me temo que tenemos ordenes de no quitarle ni un ojo a Halia- Menciona Dunca con voz autoritaria. Halia analiza la situación, y piensa que esta sería una oportunidad única para que Mónica conozca a los chicos. Se acerca a Dunca, dándole una mirada dulce, que hace que el corazón de este se acelere como nunca. -Vamos Dunca, por fin Sergio puede lucir su auto, además quiero ver su habilidades de conducción- Su tono de voz sugestivo. -Me gustaría que ustedes dos lleven a mi amiga no podría estar en mejores manos ¿No Crees? – Tratando de persuadirlo. -No debes preocuparte por mí. Es imposible perder de vista el llamativo Bugatti Chiron Sport de Sergio. En especial por sus franjas naranjas- Su mir

Continuando en el Night Club Rosa Dorada.Alonso registra toda la escena, observa las facciones reprimidas de Halia y Dunca. Nota que este último tiene sus manos en puños. Mueve su cabeza en un lado a otro, Su cuerpo se tensó, estaba preocupo al ver que Dunca estaba concentrado solo en Halia y no en sus alrededores. -Señorita me encantaría enseñarle el lugar, yo sería su escolta personal- El Caimán le dice en tono coqueto. Que además mostraba un mirada dominante. Dunca siente un fuego dentro de su estómago - «Qué se cree este»- Antes que Dunca intervenga, habla una voz tremendamente masculina detrás del Caimán. -Creo que ese privilegio le corresponde al dueño del restaurante, ¿No te parece Franco? – Llega el Diablo con dos hombres detrás de él. Halia solo se percata de él,

El Rolls-Royce circula por una de la calles principales, seguido de cerca por el Auto de Sergio, ambos lados se pueden observar las diferentes comercios, una vez en la intersección Dunca que constantemente mira a la pareja en el asiento de atrás decide girar hacia el oeste, cuando la mansión Koyama se encontraba hacia Este.   Liam mira el espejo retrovisor a Dunca tratando de leer sus facciones.   -He decido hacer una parada antes de regresar a la mansión de Koyama donde podremos hablar y sé que Halia le hará muy bien- Le comunica Duncan.   Halia que estaba viendo por la ventana, al escuchar a Dunca, lo vuelve a ver. Su rostro era un desastre, perdió todo el glamor que le había logrado captar la madre de Mónica.   Cruzan la mediana principal y como devolviéndose al este. Halia se sienta más erguida al reconocer el lugar.   El silencio dentro del auto era abrumador, Dunca no querí

Mónica y Sergio se les une en desayunador bar. - ¡Que buenos tacos!, están bien frescos y la carne es deliciosas. Ahora entiendo porque estaba tan lleno ese lugar- Sergio se lame los labios.                                                                       -Huy bebimos haber comprado para llevarle a Bàba, ya para esa hora de que lleguemos a la casa Belinda debería estar con Raúl- Dice mientras se come otro pedazo. -No te preocupes compre bastante. Puedes llevarle al señor Koyama, que debe haber estado muy ocupado por lo del in