-Halia te vas a caer por estar escribiendo- La reprende a Atsushi que la espera sosteniendo la puerta lateral trasera del jeep. -Perdón Bàba- Su mirada muestra timidez. -Debe ser algo importante, no sueles estar distraída escribiendo- Cruzas sus brazos, preguntándole. Liam pone su mano en la manecilla de la puerta del copiloto. Escuchando la conversación. Halia coloca un cabello suelto que cae sobre su rostro detrás de su oreja y mira a Atsushi. -Lo que pasa es que estamos en pruebas finales. Planeamos una actividad para desestresarnos un poco. Queríamos ir a conocer un club que nos recomendaron- Respira. -Bàba te prometo que no iré sola, llevaré conmigo a Dunca y Alonso, también irán Mónica y Sergio- Lo mira, mordiéndose el labio inferior. Liam le parece adorabl

-Señor es mejor que se vaya con nosotros el Rolls-Royce créame son más seguros- Le sugiere Marcus. -No lo dudo, pero si me equivoco me voy a quedar sin transporte para mañana. «E igual si tengo razón»- piensa mientras mira a Marcus. -Entiendo, señor uno de los hombres le llevara su auto hasta su apartamento si se siente mejor. Liam analiza la situación, él por naturaleza es muy desconfiado, no quería dejar solo su auto en el apartamento sin haber activado todo el circuito de seguridad y solo lo podía encender estando en el apartamento. Por otro lado, Marcus tenía razón los autos de Atsushi son brindados, en cambio su humilde Aston no contaba este tipo de seguridad, él se había dedicado a proteger los automóviles de los Blacklions, pero no el suyo. Analizando con sa

Una hora después, entra Julián, emanaba un aura de seguridad y tranquilidad. Detrás venia Marcus y Dunca. -Ellos venían contigo ¡Cierto!, perdóneme que los hiciera esperar- Julián se había enterado por el personal, que Liam no venía solo- Lo que pasa es que este hombre siempre anda solo, no imagine que vinieras con compañía. -No te preocupes la culpa es mía debí presentarlos antes, él es Marcus y Dunca hombres de confianza de Atsushi Koyama. - ¡Wuau! el placer es mío- Les estrecha la mano a los dos. -No todos los días se conocen personas tan importantes. -Mucho gusto- Dicen Marcus y Dunca después de estrechar la manos. Contestando el saludo. -Bueno me imagino que desean que vayamos al grano, así están las cosas: dos de ellos, los hermanos Santi

Al día siguiente. En el apartamento del Diablo que está sobre el Night Club La Rosa Dorada. Cora abre la puerta, trae con ella un azafate con tapa, el cual lleva un desayuno para las dos. -Hoy nos fue bien, no mandaron huevos fritos, tocino, pan, fresco de frutas y café. ¡Se ve deliciosos! – Dice levantando sus cejas. Karen que estaba acostada, se quita las sábanas de encima y se sienta al borde de la cama. Andaba con un bata corta que dejaba ver sus delgadas piernas. -Y huele deliciosos- Confirma Karen. Cora coloco el azafate con la comida en la mesa de noche. Karen presentaba un considerable mejora, pero estaba muy preocupada por los posible acontecimientos de hoy. - ¿Cora cómo vamos a hacer, para ir a ver a Halia más tarde? - La mira con tristeza. Para Karen esta mujer se había convertido

En el puesto de control de seguridad del gran complejo empresaria Koyama. Kano llega con su Bugatti La Voiture Noire negro, el oficial de seguridad, le indica donde llegar para estacionarse. Pasa varios edificios antes de llegar al edificio de los laboratorios de Koyama, recuerda la vez que visito este lugar cuando era tan solo un niño, pero no recordaba que fuera tan grande ni que tuvieran tantos edificios. Llega al lugar indicado por el guardia de seguridad. En la entrada principal, la seguridad es intimidante. Los oficiales eran hombres grandes con chalecos blindados, contaban armamento pesado tipo militar. Un hombre con traje entero de un 170, que utiliza anteojos, lo recibe cuando se baja de su auto. En esta ocasión Kano viste un traje ejecutivo de color negro. -Buenas tardes, Joven Lombardo el Señor Koyama lo esta esperando- Lo saluda el hombre con un apretón de mano