Sean Morris. Los secretos a voces son los peores, más cuando somos Australianos. La hermandad tiene su voto de omertá no puede hablar de ello dentro y fuera de estas paredes o se atienden a la muerte. Sé que mi secreto mejor guardado es el causante de sus murmullos. He mantenido la calma con los imbéciles del FBI mientras ellos se carcomen pensando en que pasó daré solo observo y me deleitó con su desespero. El querer ganar es una falla que tenemos todos, pero más aquellos que siempre quieren ganar y eso es causante de los errores que han cometido los inigualables agentes élites «Kotch y Meyer».Australia se posiciona como la cuna del crimen organizado los Morris nos hemos encargado de ello, no dejaremos que caiga en manos de Mexicanos, japoneses, Italianos o Rusos. Es bien sabido que como los australianos no hay dos.Después de la muert

Anya3 horas después Todos se encuentran trabajando, rastreando a sus familiares, siendo trasladados a las sedes seguras.Veo entrar a quien menos imagine en mi vida en esta sede y menos sin supervisión.—¡Dios!—grita Tabata corriendo, abrazando a quien entra y veo como Max rueda los ojos y bufa.—No soy Dios, pero soy un Dios en la cama, ¿quieres comprobarlo?—dice con diversión.—¡Joder claro que sí!—jadea y no niego que me causa risa la escena.—¡Odison!—grita Tyler y Tabata gira apenada.—Lo siento agente, pero es que West Lynch esta aquí, no lo creo.—Quiero verte en tu área de trabajo, con tu equipo, no cerca de él—advierte.—Si, lo siento agente—dice y camina.—¡Que buena bienvenida!&mdas