Sistema Zeta Retículi, Planeta Sarconia, Capital del Régimen Sarconiano Hasta donde la vista podía llegar en el horizonte se extendía una mole gigantesca de ciudad en Sarconia, bajo cielos grises y neblinosos. La arquitectura sarconiana era toda similar; frívolos edificios metálicos y góticos carentes de vida. Siempre el mismo estilo desoladoramente frío y gélido. —Bienvenido a Sarconia, Gobernador –decía una voz con típico acento sarconiano a Rupert, que salía gradualmente de su letargo inducido químicamente. Rupert notó que estaba sentado sobre una silla metálica, al frente de un enorme escritorio de igual material, sobre el cual se sentaba un sarconiano cubierto por sombras. La pésima iluminación de la lúgubre oficina, la sumía en penumbras. Pero podía percibirse

Hospital General de Carixis Planeta Carixis 2 Día 7 del Mes 9 del Año 2101 D.A.  En una sala del enorme centro médico, se recuperaban sobre cómodas camas de blancas sábanas, Zílog, Nam, Cheng y Arg. A su vez, recibían la visita de Rupert, Maktub, Shikha y el Dr. 200—3000, novio y médico de cabecera de Nam.  —Bueno –decía el médico androide— tengo buenas noticias para todos. A ti, mi amor –dijo refiriéndose a Nam, con los vestigios de su brazo derecho totalmente vendados— te crecerá un nuevo brazo en unos tres días, como es usual en los cártagik. No veo nada que interfiera con la natural regeneración que te proporciona el simbiótico. En cuanto a ti, Zílog, estarás como nuevo para mañana. Usted, mayor Cheng recibirá hoy una cirugía plástica que dejará su hermoso rostro sin marcas –Cheng tenía la cara totalmente vendada. –Y en cuanto a usted, teniente Arg –dijo al insectoide kinoshano sentado

  Apartamento del Capitán Zílog Planeta Carixis 2  Zílog despertó en la enorme cama redonda de su apartamento espacioso esa mañana. La arquitectura barroca de típico estilo bohemio brazzky resaltaba sus orígenes culturales. Zílog siempre se consideró un brazzky aunque nació en Carixis. Y frecuentaba visitar Brazzky al menos una vez por año, aunque muchas veces más de serle posible.  Su enorme cama de rojas cobijas era bastante cómoda. En ella, el cuerpo desnudo de Zílog se estiró satisfecho de una buena dormida. A su lado, yacía el también desnudo cuerpo de Sálax, la hermosa pero ambiciosa empresaria sáuxer que gobernaba el Conglomerado Sáuxer de Carixis.  Tenían algún tiempo de flirtear, aunque esto evolucionó en una cierta relación semiformal. Aquella noche de pasión anterior no era la primera ni la última.  Claro, era difícil en esta Galaxia tener más experiencia sexual que

Ciudad Cabildo Sede del Gobierno Imperial Xirgón en Carixis Día 26 del Mes 13 del Año 2101 D.A.  Las 54 naves de la flota imperial xirgona que comandaba Ushuk estaban últimamente acostumbradas a las frecuentes batallas y refriegas militares. Normalmente contra los veganos que furtivamente aprovechaban la protección afiliada sobre Ciudad Libertad para atacar territorio xirgón. Pero ahora era diferente, pues combatían contra una aguerrida tropa de 46 naves guerrilleras comandadas por rebeldes xirgones.  Dentro del Puente de la Nave Nodriza, Ushuk dirigía los diversos componentes de la flota. En el Puente lo acompañaba un teniente gordinflón, una joven navegante atractiva y un viejo y curtido lugarteniente de aspecto mortífero.  —¡General Larg –anunció el gordo— las naves rebeldes bombardean el edifico del cabildo! –y en efecto la pantalla mostraba a la sede del poder imperial sien

Templo Budista de Carixis 3 Día 1 del Mes 1 del Año 2102 D.A.  Rupert penetró en los sagrados recintos de su templo budista favorito. Un enorme altar con la imagen de un Buda delgado y solemne sentado en flor de loto, alrededor de ofrendas de agua, velas y frutas, era bañado tersamente por una cortina de aromático incienso. Las extensas salas del templo exudaban una nítida paz, en medio de las columnas talladas, la iconografía budista y los suelos de fina madera.  Al pie del altar, Rupert reconoció a la mayor Cheng meditando en posición de loto. Cuando esta entreabrió los ojos, reconoció a su superior.  —¡Señor! –dijo comenzando a incorporarse.  —Por favor, no se moleste, Mayor –detuvo Rupert. Cheng prosiguió su meditación y Rupert encendió una vela.  —¿Puedo hablar con usted, Gobernador? –le preguntó Lothar quien sorpresivamente había penetrado en el templo.  —Por