Cuando llegué a mi penhouse me encontré con Agustín en la entrada, “Sr lo siento pero esa mujer se metió y cerro al puerta, no quisimos crear algún escándalo”.“Está bien, ya estoy aquí y esa mujer se ira por las buenas o las malas” dije furioso mientras entraba a mi penhouse.Al entrar no vi a nadie, “Melina” dije llamándole, pero nadie contestaba, pero no tenia que ser muy inteligente para darme cuenta de que ella estaría en mi cuarto esperando, así que me dirigí sin perder más tiempo.Abrí la puerta y ahí estaba ella desnuda ne mi cama, típico de ella cuando hacia algo o cometía un error quería arreglarlo con sexo, aunque era una salvaje en la cama y lo disfrutaba mucho, eso fue antes, porque ahora a la única mujer que deseo es a Daniella. “Melina que h

Capítulo 33 Por fin al recupere y la amo mas que nunca.     Estoy terminando de arreglarme, Marcus no tarda en venir por mí y estoy muy nerviosa, aunque no lo parezca, Ivana me esta ayudando elegí un vestido negro muy hermoso que resalta mi figura y mi cabello esta acomodado de lado, la verdad me veo muy hermosa. Llego la hora y se escuchó el timbre de la puerta, “No te preocupes yo abriré, espera aquí y sal de 1 minuto quiero ver la cara de Marcus cuando te vea, se le va a caer la cara de lo hermosa te vez” dijo Ivana.   “Hola Marcus, que puntual” dijo Ivana. “Ivana, como estas, vengo por Dany” dijo el sonriendo. “Lo sé, de una vez te digo, espero te comportes a la altura con mi amiga” él dijo Ivana amenazándole. “No te preocupes por eso, no tienes que recordar”, dijo el seriamente. Escuche que Marcus estaba platicando con Ivana y fue cuando decidí salir

    Cuando estaba mirando hacia mi alrededor vi como una mujer de cabello oscuro y con un vestido bastante vulgar, que tenía un corte demasiado alto que no dejaba absolutamente nada a la imaginación, pero tengo que admitirlo se veía bastante sexy, porque al caminar con una copa en la mano, las miradas de los hombres se enfocaban en ella. Se acerco a Carlo y ambos me miraron, pero después pude ver como sonreían de una manera que no me gusto para nada, sobre todo de ella, porque algo le dijo Carlo que su rostro cambio y comenzó a caminar hacia mí. “Y se puede saber, quien eres tú, no te he visto en este tipo de reuniones y conozco a la mayoría?” me dijo con voz bastante altanera. “Si se nota que eres bastaste conocida por aquí” le dije sonriendo de manera sarcástica, si pensaba que me iba a intimidar estaba muy equivocada. “No eres tan tonta como pareces, me llamo Melina Méndez” “Dile tu nombre a alguien que le interesé

    “Dany dime que es lo que quieres hermosa?” me pregunto y me puse roja de vergüenza, baje un poco al mirada pero respire profundo y le dije lo que estaba deseando. “Quiero tenerte en mi boca” el dije con voz baja. El sonrío y se acerco a mi extendiendo su mano y me ayudo a levantarme, él se sentó en la orilla de la cama. “Ven ponte de rodillas frente a mí, te diré como “me dijo y yo hice lo que me pidió.   El tomo su miembro en sus manos y comenzó a moverlo de arriba hacia abajo, mirándome con lujuria, “Ahora acércate hermosa abre tu boca y comienza a succionarlo como si fuera un helado o tu paleta favorita” me dijo sonriendo y no pude dejar escapar una sonrisa, por su comentario. Me acerque él y lo introduje en mi boca, tratando de cubrir lo más posible, pero él era enorme, comencé a succionarlo y Marcus soltó un gemido fuerte, “Por dios Dany, eso se siente delicioso, no pares mi vida”.  

  Ha pasado una semana desde que me enviaron esa caja con lencería, Marcus a estado algo distante, no me ha visitado y cuando le llamo por teléfono me evita diciendo que está ocupado, odio verlo así, sé que está molesto, pero a veces quisiera que hablara conmigo y que no se guardara las cosas, pero a quien engaño eso no pasara.Estoy cerrando la puerta de mi departamento, cuando me encuentro con mi vecino Renato, “Buongiorno, bellissima,” (Buenos días hermosa), me dijo sonriéndome.“Buenos días, Renato” le dije un poco desconcertada.“Pasa algo te veo diferente, acaso problemas en el paraíso con el novio?” me pregunto y me pareció de mal gusto que me preguntara eso. “No todo está muy bien, porque lo preguntas?” le dije mirándole. “No lo he visto