Me despierto con el olor que venía de la cocina, me bostezo y me doy cuenta de que Nick no esta a mi lado, me ciento en el mueble y giro mi cabeza, veo que Nick viene con una bandeja en sus manos.-Buenos días princesa, coloca la bandeja en la mesita de los muebles.-Buenos días amor, te levantaste muy temprano, observo el desayuno, tostadas rellena de queso que se alcanzaba a ver derretido, con jugo de sandía.-Sí un poco, quise hacerte el desayuno y llevártelo a la cama, bueno observa a su alrededor, al mueble, sonreímos.-Se ve delicioso, pero quiero darme un baño y cepillarme los dientes, mnnn no me gusta comer así, además mírame, tomo mi cabello, parezco loca, toda despeinada. El me mira fijamente - No veo nada malo en eso, sabes que te ves linda así, aunque parece que te moviste mucho anoche, reí.-De hecho sí, creo que te movías de una fo

NickAl despertar me encuentro con ella en mis brazos, su pelo pegado en mi rostro, eso era tan especial, oler su aroma, es sin duda la mujer que amo y no importa si debo esperar, lo hare por ella, ahora sé que podría hacer lo que sea y más, le dare tiempo, de pronto me acorde de una canción de Alex Campos: tu poeta, cuando dice:Cuando desperté ahí estabas tu, aquella mujer con la que soñé. Sonreí al saber que al fin la he encontrado, ella es, me acerco un poco más a su rostro y  lentamente le doy un beso en las mejillas, luego muevo las sábanas para levantarme, no puedo evitar quedarme viéndola, ver su cuerpo así en mi cama, me despertaron tantos deseos, cómo moría por tenerla, hacerla mía, pero noo, basta detente Nick, colocó la sábana de nuevo en su cuerpo y me muevo rápido de ahí. Luego

Hoy me levanto temprano, vamos a buscar nuestras notas del fin de semestre, y quisiera que fuera hoy que nos vamos a Londres, deseo ver a mi Nick, claro y a mis padres.Mell aún esta dormida, es que yo estoy muy emocionada, mañana veré a Nick, y quiero empacar todo. Me doy un baño y Mell sigue dormida,  me dirijo a la cocina voy a preparar café, pero veo que Miguel ya se acerca con una taza para mí.-Ah gracias, Miguel, tomo un sorbo de mi taza. ¿Cómo amanecistes?, me siento en la barra de la cocina y él del otro lado.-De nada, estoy bien, estoy ansioso por ver mis notas, por eso madrugué, pero no han publicado nada.-Yo igual, pero sino han publicado, que mal