[MAURO]Danna ha estado sumamente extraña durante todo el camino a casa, me ha dicho que al llegar me contaría lo que pasaba, pero simplemente se ha ido a duchar pidiéndome que me encargara de la cena. Por otra parte, tuve que encargarme de Matt y le pedí que se acomodara en la casa adyacente que esta diseñada para este tipo de cosas. Soy consiente de que su estadía será breve, o al menos eso es lo que planeamos y para ser sincero el método que planteo J.K. para deshacernos de él no me agrada en absoluto.Estoy metiendo la bandeja con el pollo en el horno cuando escucho sus pasos y cuando termino con mi tarea me doy la vuelta para cruzarme con su mirada azul completamente cristalizada —Hermosa, ¿Qué sucede? — Pregunto acercándome a ella quien se sienta sobre una de las butacas que hay frente al desayunador y sin poder evitarlo tomo su rostro entre mis manos —Has estado

[MAURO]Al día siguiente: 21 de mayoEl momento ha llegado, hoy es la fiesta de celebración por el aniversario de Aero Enterprises en Estados Unidos y Danna y yo somos más que unos simples invitados. Ambos estamos nerviosos, tenemos muchas cosas de las cuales debemos estar pendientes y misiones poco agradables que cumplir, pero no tenemos otra alternativa. Coloco los gemelos en mi camisa, acomodo el moño del esmoquin, y por último me aseguro de que el reloj que me ha dado este bien ajustado a mi muñeca. Levanto mi mirada para mirarme al espejo y de repente la veo a ella saliendo del walking closet en ropa interior color rojo y con su vestido del mismo color en la mano.—Ese color es muy tentador— Señalo mirándola a través del reflejo del espejo y ella se sonríe.—Esta noche si quieres, puedes quitarme el vestido y esta lencería, pero ahora necesito que me ayudes

[MAURO]La historia que me ha contado Danna acerca de Matt, o mejor dicho Ayden, me ha inquietado muchísimo. No puedo dejar de pensar en que ese imbécil haya podido ser tan cobarde y de verdad espero que no se le vuelva a acercar porque se me va a olvidar todas las reglas de este estúpido teatro que cada día que pasa me harta más —Amor, concéntrate por favor, cuanto más pronto tengamos la información, más rápido terminaremos con esto— Me pide antes de que nos abran la puerta del auto para bajar.Asiento de inmediato, la miro a los ojos y acaricio su cabello suavemente —Estaré completamente concentrado— Le aseguro y se sonríe.—Vamos entonces— Murmura —Encendamos los dispositivos— Sugiere y rápidamente yo enciendo el micrófono del reloj y ella la cámara del collar sabiendo que ahora debemos seguir en nuestro pape

[MAURO]Este área VIP pareciera ser una de esas que aparecen en las películas de mafia donde están todos reunidos con sus habanos, vasos de whiskey y hablando de negocios como si ellos controlaran el mundo. Yo tan solo observo, escucho lo que dicen hasta que de repente se hace un gran silencio cuando un hombre de cabello gris, ojos del mismo color y bastante grandote entra junto a dos tipos más que van vestidos de negro y observando todo su alrededor como intentando asegurarse de que el perímetro esta despejado, evidentemente son sus guardaespaldas —Buenas noches a todos— Saluda con su voz ronca y me mira detenidamente.—¿Y este novato quien es? — Cuestiona y Joaquín se sonríe.—Le presento a Mauro Carballares, el hijo de Francisco— Me presenta y el hombre cambia su antipatía hacia mi por una sonrisa.—Asique tú eres el hijo de Francisco…

[MAURO]Al día siguiente: 22 de mayoLa noche de anoche se podría resumir como pésima, ni ella, ni yo hemos dormido bien. Ella por sus pesadillas, y yo porque cada vez que cerraba mis ojos veía a ese hombre muerto frente a mi. El pasado nos está enloqueciendo y ya ni siquiera sé si el presente es el culpable o es que siempre seremos presos de esos momentos. Me giro en la cama con la intención de abrazarla antes de comenzar este día, pero su espacio en la cama esta vacío. De inmediato me siento y cuando me dispongo a levantarme de la cama, allí aparece ella con mi camiseta puesta saliendo del baño —Buenos días— Me saluda dándome su mejor sonrisa a pesar de todo.—Buenos días— Respondo sin apartar mi mirada de la suya que de repente se centra en mi herida.—¿Cómo va eso? — Averigua y miro la herida por un moment