Mi Jefe Demonio, Sr. Arrogante
Mi Jefe Demonio, Sr. Arrogante
Por: Xio
Capítulo 1 Seras Mia

Ahora me encontraba en el supermercado haciendo las compras de la semana cuando de repente mi teléfono comenzó a sonar, era mi jefe, que quería ahora este hombre, ya mi jornada laboral había concluido y bastante tarde por cierto.

—Diga jefe.

—Te necesito ahora aquí, ya.

— Pero...

Ni siquiera dejo que contestara para ese entonces ya me había colgado.

Mi jefe es un tipo muy exigente, que no entiende razones algunas, muchas veces suele ser cruel, en el poco tiempo que llevo trabajando para él he podido ver cómo ha despedido a varios de mis compañeros por pequeños errores.

Debido a eso trato siempre de tener las cosas antes de que me las pida y si no lo hago a una velocidad de la luz y lo más perfecto posible, a veces me asombro de todo lo que logró hacer, lo menos que necesito es ser despedida. 

Hace un año mi padre fue echado de la  empresa en la que trabajaba, acusado de haber robado, aunque no lo encarcelaron tiene que pagar ese dinero pero nadie le da trabajo, mi madre se enfermó debido al exceso de trabajo por lo que me vine a la ciudad con ayuda de mi amiga para así poder ayudar con la matrícula de la universidad de mi hermano y la deuda.

Suspire y lo poco que había logrado tomar de los estantes corrí a pagarlo para así salir corriendo a la empresa.

Al llegar ya no había nadie en el lugar, era demasiado tarde, entonces dejé mi pequeña compra en mi mesa de trabajo y me dirigí a la puerta de su despacho dando unos pequeños toques, no quería molestarlo, eso nunca es bueno.

— Pase—lo escuché decir.

—Dígame jefe, ¿en que le puedo ayudar?

—Toma asiento por favor.

Yo asentí e hice lo que me pidió, aunque me pareció algo extraño, estaba siendo amable?

A su manera no, pero así me pareció.

—¿Hace cuanto trabajas para mí?

Me dijo mirándome con aquellos ojos tan negros y penetrantes que me daban miedo, que habría echo mal? Acaso me va a despedir?

— Yo...— tomé una bocanada de aire para poder seguir— Menos de un año señor, creo que 10 meses.

Lo vi asentir y mirar hacia afuera a través del gran ventanal de cristal que había en la oficina, me volvió a mirar.

—¿Por qué permitistes que mi socio y amigo te coqueteas?— me preguntó con el ceño fruncido.

—Perdón señor?— pregunté.

— Kai, Luar, hablo de él.

—No me coqueteaba señor—respondí algo confundida, no entendía lo que sucedía, ni a donde iría la conversación.

Vi como se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia mi dirección, todo mi cuerpo tembló, mi jefe podría ser un hijo de Puta de vez en cuando y el ser más frío que he conocido pero también era hermoso, apuesto y no puedo negar que me gustaba, pero solo eso.

El tener algo con mi jefe solo podía vivir en mi cabeza, para mi es solo alguien inalcanzable, solo un sueño que jamás se haría realidad.

De pronto lo tuve demasiado cerca de mi rostro, casi rozando sus labios con los míos, trague en seco, me sentía realmente nerviosa.

— Escuché cuando te invitaba a salir—las palabras no me salían pero tenía que responderle.

— El Señor solo me invitó a un almuerzo, pero como compañeros de trabajo, solo eso.

Ahora me encontraba dándole explicaciones de mi vida a mi jefe y no sabía por qué.

Vi como sus ojos se clavaron en mis labios y se relamió los suyos, que estaba pasando? Acaso mi jefe me estaba coqueteando?

Su cercanía era demasiada y mi cuerpo no dejaba de temblar, estaba realmente intimidada por mi jefe y él parecía darse cuenta de aquello y disfrutarlo porque mantenía una sonrisa maliciosa que me ponía aún peor.

Sentí como su pulgar acariciaba mi labio inferior y mi corazón comenzó a latir a mil, pareciese que se saldría de mi pecho, me atrevería a decir que de lo fuerte que latía Kim podía escucharlo, se separó de mí e hizo que me pusiera de pie, sentía que mis piernas me traicionaría en cualquier momento y que caería al suelo allí mismo.

Su gran mano agarró mi cintura y la apretó con suavidad, yo no podía reaccionar y sin darme cuenta sus labios habían tomado los míos, los lamía y los succionaba, al principio fue algo suave pero con el pasar de los segundos se volvió algo intenso y fue cuando sentí que mordió mi labio, debido al dolor abrí mi boca y él aprovechó para introducir su lengua, aquel travieso músculo que comenzó a explorar mi cavidad bucal a su antojo y fue cuando reaccione y lo aparte de mi con un ligero empujón.

—Señor que hace?—me miraba a los ojos mientras pasaba uno de sus dedos por su boca, su sonrisa ladina y su mirada maliciosa me tenían inquieta.

《¿Qué pretendía mi jefe con aquella actitud?》

《¿Qué quería de mí?》

《¿Qué se creía que era yo?》

— ¿Qué? No te gusto yo, ¿ves más atractivo a Kai? a que con el si te acostarías verdad?— escupió todas aquellas palabras que me hicieron enojar y sin pensarlo lo abofeteé, que se creía para hablarme así.

— No se confunda señor, no me gusta el señor Kai y mucho menos usted, yo no estoy aquí para acostarme con nadie, yo estoy aquí para trabajar—  sin decir más me di la vuelta y me dirigí a la puerta.

—Luar detente ahí ahora mismo—me grito, mi cuerpo reaccionó aquello y me detuve en seco, acaso mi jefe había utilizado su voz de mando en mi y yo como toda una tonta Omega había reaccionado.

Lo sentí cerca de mi cuerpo, su respiración en mi nuca, me estaba olfateando.

—Me encanta tu aroma—me susurro al oído—Tu olor a fresa me encanta desde el primer momento en el que lo sentí—dejándome un húmedo beso en el cuello— Puedes retirarte Luar mañana te quiero temprano aquí— sentí como se alejó.

Apenas podía poner un pie delante de otro, prácticamente salí corriendo de aquella oficina, sin darme cuenta había dejado mis compras encima de mi mesa, pero que carajos, necesitaba llegar a mi casa, tenía que salir de allí.

— Serás mía pequeña, ya verás.

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