8- Lo que hace tiempo se perdió.

Darren

Me fijé en cómo se relacionaba Storm con los lobos y en sus acciones con ella, me maravillé al ser testigo de tan estupenda imagen. Esos lobos la aceptaban y aunque quiero saber esa historia puedo asegurar de que ella no está preparada para contarla, Storm ha sufrido más de lo que deja ver.

Al llegar a la casa y ver como dejaba de ser la muchacha relajada que hace segundos era me dieron ganas de tomarla y regresarla a ese lugar donde no se sintiera atacada ni acorralada.

— De acuerdo, pero dónde estaban. — pregunta Erik y su mirada se pone encima mío, no le agrada que esté aquí. — Qué hacías con Darren. —

— Yo no estaba con él. — responde Storm, por mi parte no digo nada, aunque si no me sentó bien el que dijera que no estábamos juntos.

— Llegaron juntos. — señala esta vez con enojo.

— ¿Y eso qué? — responde en el mismo tono Storm. — Deja de preguntar cosas que no te interesan y prepara todo que después de desayunar nos vamos.Ahora si me lo permiten, voy a mi habitación. — la veo ir rumbo a su habitación.

Mientras me quedo solo con dos hombres mirándome algo extraño, principalmente Erik.

— ¿Done estabas? — me dice enfrentándome de forma amenazante.

— Creo que estás confundido. — digo mientras doy un paso y cada uno está lo suficientemente cerca el otro — el que seamos amigos y yo halla acudido a tu llamado no te da derecho a hablarme así, que no se te olvide quien soy. — le digo serio porque es la verdad, por muy amigos que seamos no le voy a permitir ese trato. — Yo me encontraba donde se me daba la regalada gana y no quiero decírtelo así que si te gusta bien, sino también, de igual forma te aguantas. — miro su cara y no me deja ver en qué piensa. — Mañana me voy a mis tierras. — respondo, miro a Bruce que no ha dicho nada y lo saludo con un asentamiento de cabeza, aprieto mi espada y me encamino a mi habitación...

Estamos en la mesa desayunando y como siempre solo hablan Edda, Bruce y Erik de forma muy sonriente mientras hacer recuentos de cómo era Storm, la cual no le gusta nada, la verdad a mi que no soy el objeto de conversación me molesta lo que hacen.

— Ya terminé, nos vamos. — dice mientras se levanta bruscamente de la mesa.

— Storm, todavía no haz terminado de comer. — dice su padre.

— El apetito se me fue. — mira a Erik. — Apúrate, que me voy, te espero en el establo. — dice mientras se va con un porte seguro.

— Será mejor que me valla, iniciaré el plan por el camino. — dice.

— Plan, qué plan. — pregunto con el tono e voz que se me caracteriza pero por dentro sintiéndome algo extrañado.

— El plan de mi matrimonio con Storm.- dice mientras todos sonríen.-Le diré que a los dos. — dice señalándome — Se les pide una esposa y que bueno ella debe de elegir con quién casarse. — al escuchar esto ahora yo si estoy seguro de que esta gente están locos.

— ¿Y si decide por mi? — 

— No te preocupes muchacho, Storm vive por Erik, de siempre, aunque ahora la veas así, ella recordará su gran sueño y volverá a quien era antes. — dice Bruce yo me quedo pasmado, pero que idiotas.

Me levanto de la silla sin decir nada y los dejo a ellos planeando lo que sea que estén planeando y me largo de ese lugar. Camino pensando en esas cosas y no sé ni que decir, mi mente se encuentra revuelta, nunca me he sentido así, por primera vez en mi vida no sé que decisión tomar.

— Hey. — escucho una voz y veo que es Storm.— Gracias por lo de esta mañana. — dice.

No me había dado cuenta de que había tomado el camino hacia las caballerizas.

— No es nada.— digo y pienso si sería bueno avisarla sobre los planes que tienen para ella. — Esto, tu familia quiere que vuelvas a ser como eras antes. — le digo sin dar vueltas.

Veo como deja de acariciar a su caballo y me voltea ver fijamente.

— Lo sé- suelta un suspiro. — Todo eso de hablar sobre mi pasado y esos recuerdos son intentos de que vuelva a ser quien era pero eso es...—

— Imposible, no puedes volver a quien eras y mucho menos después de tu secuestro.— respondo y veo un brillo diferente en sus ojos.

— Así es. Ya no soy la misma y aunque quisiera, no lo volveré hacer. — dice y recuesta su cabeza a su caballo, me doy cuenta de que lo que Erik y su padre hacen lo único que logra es atormentarla más.

— Escucha, tu padre y Erik quieren que..—

— Aquí estoy — interrumpe Erik y no pude decir nada más. Storm me mira extrañada porque sabe que quería decir algo importante.— Me esperaste.— dice ilusionado y ella lo mira con enojo.

— No te esperé, me puse hablar con Darren y ni cuenta me di de que el tiempo había pasado. — voltea a verme.— Después hablamos.- me dice y me doy cuenta de que quiere saber lo que le iba a decir.

— De acuerdo.— afirmo con la cabeza.

La veo montar y ponerse en marcha sobre su caballo, fijo mi mirada en Erik que tiene su ceño fruncido.

— Y después hablaremos tu y yo.— me dice y yo como muestra de que me importa poco lo que diga me doy media vuelta y me encamino a donde están mis hombres, les daré la encantadora noticia de que mañana nos vamos....

Storm

Me quedé con las ganas de saber qué me iba a decir Darren pero como siempre Erik tiene que arruinarlo todo.

— Me encanta salir a pasear juntos. — dice y yo me tenso.

— No estamos paseando Erik, voy a llevarte al herrero y me voy.— le respondo de forma cortante.

— Escucha, quiero hablar contigo.— dice y puedo ver que detiene su caballo, yo hago lo mismo y lo miro.— Se que haz de estar confundida y algo inquieta.— comienza a decir y yo alzo una ceja en forma de ironía. — Pero no puedes seguir así, tienes que volver a como era antes. — dice y no se que tiene este hombre pero cada vez que abre la boca es para hacerme enfurecer.

— A ver Erik, tu no sabes nada de lo que siento.— 

— Tienes razón pero por lo menos se te cumplirá uno de tus sueños. — dice y me sonríe de forma amorosa, cosa que no me hace sentir nada. — Nos casaremos — dice y yo me quedo sin poder decir nada.

— ¿Qué, que? — le digo porque creo que escuché mal.

— Que nos casaremos, Darren y yo tenemos que buscar esposa y de los dos se que me escogerás a mi, así que la semana que viene serás mi mujer, como siempre haz querido. —

— Pero tu estás loco.— le grito y de una arreo mi caballo pero esta vez en dirección a mi casa.—

— Storm. — escucho que me llama Erik pero no le hago caso.

Al llegar a la entrada de mi casa, bajo del caballo y como un diablo entro, veo a Edda.

— ¿Dónde está mi padre?— le pregunto de forma para nada amable.

— En su biblioteca con..— pero no la dejo terminar y empiezo a paso apresurado hacia ese lugar.

Abro la puerta sin reparos y por el estruendo que hizo al chocar con la pared ambos hombres se sobre saltan.

— Storm.— exclama mi padre.

— Ahora mismo me vas a explicar sobre eso de que me caso con Erik.— le digo mientras me pongo en medio del lugar de frente a él.

Miro su cara y en ella se forma una sonrisa.

— ¿Te alegras, no es así?. Se que es apresurado pero te prometo que tendrás la boda que siempre quisiste, con tu vestido, tu corona de flores.—

— de todos los arreglos me encargo yo mi niña.— escucho a Edda muy emocionada y yo no puedo articular palabras.

— Haz de estar emocionada. — dice mi padre y veo que camina hacia la entrada donde se encuentra Erik que acaba de llegar y lo abrasa. — Se te cumplirán tus sueños hija. Estarás de lo más feliz.— dice y yo lo único que puedo es sentir como mis piernas pierden su fuerza, una mano en mi cintura me ayuda a estabilizarme y cundo alzo a mirada veo a Darren con un rostro preocupado.

— Ha de ser la emoción. — expresa Edda y ya,listo para que mi ira salga a relucir.

— Emoción.— me alejo del contacto de Darren.— Qué emoción ni que cosa.— los miro a los tres.— No siento emoción ninguna, lo único que puedo sentir es repulsión y gran enojo al escuchar sus estupideces.— les aclaro y todos pierden su sonrisa.— Estoy alta de sus intentos estúpidos de que vuelva a ser quien era.— abro los brazo.— Pues deja que aclare algo, yo no voy a volver a quien era, no volveré a ser esa inútil que lloraba por todo.- 

— Storm.— escucho que me llama Erik.

— En cuanto a ti, preferiría volver a mi cautiverio antes de casarme contigo.— le digo.

— Storm , no digas eso, estás enojada lo entiendo, pero no niegues tus sentimientos. — dice con voz baja y yo me río.

— Pero de qué sentimientos hablas si yo no siento nada por ti aparte de una gran indiferencia.— Paso mi mano por mi rostro porque esto me está cansando.-—Que te amaba, es cierto, que soñaba casarme contigo, también pero entiende que tú mismo te encargaste de destruir todo eso con tus palabras. — me mira.- ¿Ya se te olvidó?, dime, tú mismo dijiste que tú y tu gente necesitaban una mujer de verdad, una mujer hecha y derecha, que pudiera sostener a tu clan, no una niña que no sabía en lo absoluto de la vida. Que me veías como tu hermana y que nunca te casarías conmigo.- le recuerdo y veo una mueca en su rostro.

-Eso lo dije para que no lloraras por mi partida, tenía que hacerme cargo del clan. -Se justifica.

-Y perfecto, ahora por lo que se eres laird, felicidades pero no vengas ahora intentando recuperar algo que hace tiempo se perdió.- 

Esta vez miro a mi padre que me mira serio y sin decir nada.

— Si tanto odias en la persona que me ha convertido, perfecto pero deja ya esos intentos de que vuelva a ser aquella chiquilla, me tienen alta.— 

— Pero es que tú no entiendes. Esta mujer en frente de mi no es mi hija.— dice y yo siento como el irse sale de mis pulmones y escucho un jadeo que seguro fue de Edda. No lo puedo creer la verdad.

— Darren.— lo llamo y me volteo.- Erik dijo que tenía que escoger entre casarme con alguno de ustedes dos. Prepara las cosas que mañana partimos hacia tus tierras.— le notifico y él no dice nada, es como si esperara esta reacción en mi.

Me volteo y voy hacia mi padre.

— Deja que te diga, que mi madre no debería de haberte dado una hija, la labor te quedó demasiado grande.— le digo y como recompensa me da un buen golpe en la mejilla.

— Hija, yo..— empieza a decir y yo vuelvo a mirarlo.

Toco la comisura de mis labios con un dedo y al mirarlo tiene sangre, me sonrío y lo miro, sus ojos demuestran lo arrepentido que está pero no me interesa. Paso mi legua limpiando el resto de sangre por mis labios y el ardor que siento me hace saber que estoy viva.

— No te preocupes, he recibido golpes muchos más fuertes y con daños mayores que los que una simple cachetada de tu parte pueda lograr hacer.— vuelvo a pasarme la lengua y sonrío. — Ahora si me permiten.— digo y salgo de aquel lugar que me hace sentir ahogada...

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