2. UN NUEVO COMIENZO

Austin

Al llegar a esta gran ciudad, lo inicial era conseguir un lugar para vivir... parece mucho más sencillo decirlo que ejecutarlo, ¿saben?

Estuvimos algunos días durmiendo bajo un gran puente, días que me parecieron eternos, unas personas que desconozco nos ayudaron a salir de ese lugar, gracias a ellos estuvimos un par de semanas en un refugio para desamparados, ahí conocí y vi a personas con situaciones realmente críticas, son lecciones de vida que llevare conmigo siempre, sé que suena rudo y fuerte, pero mamá siempre luchó para salir adelanté por lo que poco después logro encontrar un trabajó como ama de llaves en una casa de ricachones, no nos trataban cómo era debido pero al menos no estábamos con papá; o bajo ese tenebroso puente.

Mamá cada día iba retomando muchas más fuerzas.

Logro obtener todo para qué pudiera iniciar mis estudios y no sólo se trató de una escuela común, era uno de los colegios más prestigiosos de la zona, sí sé lo que piensas, tenía una mamá increíble.

Disfrutaba de mi vida en esta nueva ciudad, siempre me decía a mí mismo que todo lo que pudiera estar viviendo aquí siempre sería mejor que tener que soportar lo que vivía en mi antigua ciudad, en mi antiguo hogar, debo admitir que nunca me sentí en casa cómo hasta ahora y es qué un hogar te da protección, bienestar y calor fraternal, pues... mi antigua casa carecía de todo esto, por ello sentía este lugar cómo mi hogar, mi nueva casa, mi nuevo comienzo.

Estuvimos en casa de los señores Foster por 4 años, el señor Luca Foster siempre me daba caramelos y me contaba historias de sus viajes, aunque su esposa la señora Marla Foster era una cascarrabias que no me permitía estar en la misma habitación que sus hijos, sabía que no era una mala persona, aunque en incontables oportunidades intenté decirle al señor Foster que huyera cómo lo hicimos mamá y yo, pero sabía que no iba a escucharme y quizás mamá se enojaría, era mejor evitar esa situación que claramente no me beneficiaría, sí que extrañaría a ese sujetó. Pero sobre todo, extrañaría a Lana Foster, su hija mayor... sí, me llevaba algunos años, pero gracias a ella aprendí a tocar el saxofón y la guitarra, incluso me mostro como sé puede sacar el máximo provecho a mi voz, que era bastante agradable y no lo había notado hasta ahora, sé que parece que soy el tipo de chico que no se interesaría en algo tan “good boy” cómo eso pero ¿qué les digo? Se me daba muy bien realmente.

Fue muy duro despedirnos de esta casa, pero sabía que necesitábamos avanzar, mamá había conseguido un trabajo cómo mesera en un restaurante muy conocido en esta ciudad y pocos días después vivíamos en un gran departamento, mamá trabajaba sin descansó y yo me dedicaba a enorgullecerla, era uno de los mejores promedios de mi clase y sabía que eso alegraría a mamá y como sabes lector, ese siempre fue mi objetivo, mostrarle a mamá que podía ser un buen chico, que no soy cómo mi padre, odiaba parecerme físicamente a él, cabello negro azabache, ojos azul claro, piel con una tez muy blanca, casi pálida, con una estatura increíble para mi edad tenía 14 años y parecía un chico de más de 18, ya parte de mis músculos estaban desarrollándose lo que me asemejaba mucho más a la figura del hombre que hizo de la vida de mi madre y la mía un infierno, pero me decía a mí mismo una y otra vez, que yo no era él; no lo era, era un buen chico y demostraría qué podía llegar a ser mejor que ese idiota que me engendró.

Mi vida fue pasando y de la mejor forma posible, llego el momento de ir al instituto y me sentía listo, mamá me inscribió en uno de los mejores institutos de la ciudad de New York "The Berkeley College", lo sé... se ha esforzado por darme lo mejor y lo valoró más de lo que cualquiera podría imaginar, ahí hice amigos nuevos... también aprendí cosas nuevas, el mundo de las chicas por ejemplo, mi padre nunca me enseñó como ligar con chicas, nada que te sorprenda lector, él sólo fue padre por prestar su ADN para lo demás le faltaron cojones, la cuestión en sí es que me vi obligado a conocer ese mundo a mi manera y me funcionó, estuve con muchas chicas... en serio, muchas; demasiadas para contarlas con todos mis dedos, pero ¿qué puedo decir? Mis hormonas estaban al tope, no me culpen.

Pero les confieso que nunca llegué a más de una semana con ellas, nunca le presenté a una chica formal a mamá, no tuve una novia, sólo seguía una regla que me formule, sólo tendríamos 2 citas y una noche de sexo, es todo lo que podía ofrecer, no me preocupaba este método por que las chicas parecían aceptarlo y yo nunca desee una segunda vez, así que funcionaba para mí, buen método ¿eh?

En fin, había terminado una larga jornada de clases y estaba ansioso por ir a casa, el cumpleaños de mamá es este 11 de mayo y me emocionaba, sé que faltan tres meses pero ¿qué rayos?, quería hacer una gran fiesta en honor a esta mujer que merece el cielo y el universo enteró, para eso necesitaba tiempo, ¿no? al llegar a casa arroje mi mochila al piso y me quite mi chaqueta de cuero, despeine un poco mi cabello que caía sobre mis ojos (recordatorio personal, necesito cortar mi cabello) al entrar en la cocina, vi a mi madre apoyada en la encimera con ambos ojos cerrados y un tanto inclinada hacia el frente.

— Mamá, ¿estás bien?

Se percató de mi presencia y se incorporó rápidamente mirando en mi dirección, estaba algo pálida...

— Audi, ¿qué tal tu clase? Sí hijo, estoy bien; nada de qué preocuparse sólo fue un mareo.

— ¿Estas segura mamá? Te notó un poco extraña

Ella puso sus bonitos ojos en blanco y me hablo con toda la ironía capaz de reunir

— Sí papá, estoy bien.

Esbozó una forzada sonrisa e intenté convencerme a mí mismo de que decía la verdad y estaba bien.

— Bien, señorita Caroline Smith. En unos pocos meses cumplirá 39 años, será una mujer adulta y quizás con ¿menopasia o pausa? No sé cómo rayos se llama, pero ya lo tendrás.

La señale con mi dedo índice con la intención de acusarla y continúe mi discurso —¿algo que pedir al público en cuestión para esta fecha especial?

Hice una reverencia hacia ella, se había sentado en el sofá frente a mí. Pero nada de esto pareció importarle más qué...

— ¡¡¡¿¿Menopausia??!!! ¿¿¿Que te sucede??? Yo aún soy una jovencita.

Bufe de forma automática, pero vale no quería hacerla enojar quería hacerla feliz, así que sonreí y saque de mi espalda un pequeño ramo de petunias (las favoritas de mamá) y se las extendí.

De inmediato me mostró esos bonitos dientes y las recibió

— A qué debo esté honor querido Audi.

Mamá no dejaba de llamarme así, tengo 17 años debía parar.

— Mamá, tengo 17 años puedes llamarme por mi nombre ¿por favor? O mejor aún "Austin sexy Smith".

Mamá comenzó a reírse a carcajadas

— ¿de qué te ríes mujer? Eso me ofendió.

— Te llamas Audi y cumpliste 17 hace tres meses, sigues siendo mi bebe y te llamaré como quiera, fin del tema.

Puse un dramático puchero en su dirección (trata de imaginar las escenas en dónde el gato con botas de Shrek hacia esto para persuadir a los guardias, pues exactamente así. Demonios, amo esa película) sabía que no podía resistirse así qué finalmente cedió.

— Vale Austin sexy Smith, ¿vemos una película?

— Oh, claro que sí. Esta la elijo yo y veremos esa del Justiciero.

Sabía qué mamá detestaba la acción pero yo la amaba, ¿algún día será mi turno de decidir?

— Ah no, ni de chiste me harás ver a ese tipo matar sin control, mejor veamos "Orgullo y prejuicio".

Quizás algún día... pero evidentemente ¡no sería hoy!

— Ash, mamá que pésimo gusto. 

Puse una exagerada mueca de asco.

— Audi, soy tu madre y veremos lo que diga.

Rebatí rápidamente

— No me obligaras a ver eso, ni de coña.

— Austin Malone Smith, veremos lo que quiera y deja de decir malas palabras.

M****a, usó mi nombre completo, es mejor no hacerla enfadar.

— Vale jefa, veremos esa costrosa película.

Comenzó a aplaudir con emoción. Sonreí instantáneamente, una de las cosas qué amo de mamá es cuando está emocionada, por ello intentó sorprenderla siempre que tengo la oportunidad.

— Bien, iré por las palomitas, tu pon la película.

Asentí un par de veces sonriendo.

Mamá intentó correr hacia la cocina con su evidente emoción y en ese instante, pareció perder el conocimiento y cayó de bruces al piso. No reaccione a tiempo, ya mamá estaba en el piso inconsciente y yo no sabía que hacer... corrí en dirección a ella e intenté reanimarla, pero nada parecía funcionar, así que llame al 911 y llegaron 6 minutos después... mamá había fracturado su nariz debido al golpe y juró que me culpaba una y otra vez por no detenerla a tiempo, me subí con ella en la ambulancia al cabo de unos minutos, ella despertó totalmente perdida.

— ¿Audi? Bebé, ¿dónde estamos? ¿Qué sucede?

Intentó levantarse de la camilla pero falló, se veía débil y cansada, ¿cómo no pude notar eso antes? Su cara no tenía el particular brillo que la caracterizaba, estaba algo pálida.

— Mamá, estás bien. Vamos caminó al hospital, te desmayaste en casa y llamé al 911, iremos a qué te hagan unos exámenes y luego nos iremos a casa, ¿de acuerdo?

Mamá sólo asintió una vez y volvió a cerrar sus ojos.

Rápidamente llegamos al hospital y el médico le exigió un montón de exámenes qué no entendí, sólo sé qué debíamos pasar la noche en ese lugar sólo para asegurarnos de que estaba bien y claro que lo haría.

Unas horas más tarde, vi a más de tres médicos entrar a la habitación donde estábamos y vi preocupación en sus rostros... ¿qué demonios pasa?

— Señora Caroline Smith; necesitamos comunicarle algo sumamente serio y personal, será su decisión si decide que su hijo no esté presente o ¿desea que la discutimos frente a él?

Mamá asintió y habló como pudo.

— Por supuesto que sí; somos un equipo —  tomó mi mano y me miró con esa característica mirada que me generaba paz cada que tenía temor, sólo qué estaba vez, la sonrisa no estaba, volvió a dirigirse a los tipos con batas blancas que nos miraban con cautela... — estamos listos para escuchar lo que tenga para decir doctor.

— Bien, mi nombre es Kalum Drew, soy oncólogo y me especializó en el diagnóstico de cáncer y sus tratamientos — silencio... ¿cáncer? Debe estar mintiendo. — sus exámenes le han diagnosticado cáncer de páncreas, este se ha propagado por los órganos distantes causándole una metástasis, lo que se conoce cómo el grado 4 (IV), lo siento señora Smith. Sí usted me permite podríamos tratar con algunos tratamientos qué, bien no podrían sanar el cáncer podrían darle mucho tiempo más de vida...

No paraba de repetirme esas palabras una y otra vez en mi cabeza "cáncer, cáncer, cáncer... mamá tiene cáncer, mamá va a morir, mamá va a dejarme"... no, mamá no puede dejarme sólo, la necesito.

Sentí su agarre en mis manos mucho más fuerte, con su mano derecha limpió mi mejilla que hasta ahora no había notado que estaba llena de lágrimas.

— Bebé, estaremos bien... haré todo lo que este en mi alcancé para estar contigo mucho tiempo, ¿vale? - hizo un terrible intentó de sonreír y siguió — Debemos ver esa película, DEBEMOS VER LA MALDITA PELÍCULA... La disfrutaremos bebé y estaremos bien. Te amo.

Con esa última palabra sentí mi corazón quebrarse en mil pedazos y desee con todas mis fuerzas ese abrazo de mamá qué lograba juntar mis partes rotas.

— Te amo mamá, estoy aquí y no me iré jamás, saldremos de esta, ¿vale? Y veremos un millón de veces la puta película.

 ¿Por qué sentía qué lo que decía no era cierto? ¿Por qué rayos sentía qué lo que decía era una mentira? Mi mundo cayó a mis pies en unos minutos. Haría qué mamá viviera feliz lo que restaba de vida, sé que vivirá. Necesito que viva.

Cito para ustedes las palabras significativas de John Green en el famoso libró "bajo la misma estrella"

— Y ahora qué hago con el dolor... ¿lo demandó por sentirse?

Sarah Corín

Vaya, un capitulo un poco emotivo, se que es difícil aceptar este pequeño tramo de la historia, pero esto tiene mucho más que mostrar y espero que aun desees seguir experimentando los sentimientos que estos capítulos les instan a sentir. Gracias por seguir leyendo y por apreciar mi trabajo.

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