Después de subirse al coche, Jessica se abrochó el cinturón de seguridad.

Una sombra cayó sobre ella. Antes de que pudiera decir algo, Forrest juntó sus labios con los de ella.

Ella abrió mucho los ojos por la sorpresa.

Esa no era la primera vez que ambos se besaban después de casarse. Pero, por lo general sucedía en la cama cuando estaba desorientada, a diferencia de ahora… Su apasionado beso la dejó sin aliento.

Era como si apenas estuvieran enamorándose.

“Forrest…”.

Ella apartó su pecho.

En lugar de alejarse, Forrest besó a Jessica con más firmeza hasta que sonó el teléfono de ella.

Pulsó el botón de respuesta por el pánico y escuchó la voz de su secretaria. “Presidenta Snow, ¿se siente mejor hoy? ¿Puede venir a la oficina?”.

“Estoy en camino”, dijo Jessica mientras su mirada se fijaba en el rostro de Forrest.

Las luces del coche no estaban encendidas y la luz del estacionamiento de afuera brillaba hacia el interior del coche. Los rasgos prominentes del hombre no estaban c